Liderar
una universidad requiere sí, de conocimiento y de capacidad, de la misma forma
ese conocimiento y esa capacidad deben estar probados, comprobados y
demostrados con una congruencia en el pensar, decir y hacer siempre y en todo
momento, pero el factor que permitirá valorar ese ultra requerido para estar al
frente de una institución será el nivel de compromiso que se tenga con ella.
Conocimiento,
capacidad, congruencia y compromiso. ¿Por qué sostengo que el compromiso, su
identificación y valoración, es el cuarto elemento de peso en el perfil de
quien desee estar al frente de una universidad? pues porque el compromiso es
eso que permitirá dar el plus requerido que se espera tenga un líder al frente
de una institución de educación superior.
Quien
está al frente de una institución no solo es un jefe o un administrador sino
que ante todo es un líder, es quien presenta una guía de acción y un ruta de
desarrollo universitario por donde transitar en los años de su administración,
luego entonces, siguiendo la línea enmarcada en el concepto de liderazgo, debe
ser capaz de adelantarse a sus seguidores incluso ante los retos y problemas
que enfrente.
Y
es precisamente ante los retos y problemas que alguien enfrenta cuando se
establece ese nivel de compromiso que esa persona dice tener. Si a la primera
de cambios, si a los primeros riesgos, si a las primeras vicisitudes quien
presenta conocimiento, capacidad y congruencia sale corriendo, esconde la
cabeza o simplemente se cruza de brazos, no podemos esperar que ante los
enormes, gigantescos retos que la administración de una universidad conlleve
sea capaz de dar el ancho.
Afortunadamente
a lo largo de la vida institucional de toda universidad hay momentos de grandes
retos, de grandes riesgos, de gran tensión que permiten, como yo digo, poner a
cada quien en su lugar, ver, por así decirlo, de qué están realmente hechos. En
esos momentos cuando surge ese liderazgo, que en vez de buscar la comodidad y
seguridad personal y profesional sigue adelante en pos de la institución,
podemos tener un elemento de peso para valorar el nivel de compromiso de
quienes deseen liderar un ente como una universidad.
Imaginemos
la dirección de una universidad como un gran buque, de esos de antes donde la
fuerza de quien estaba en el timón permitía sortear los más grandes retos que
en el mar se encontraban y llegar a salvo a puerto, de la misma forma en los
dos casos se requerirá de un conocimiento, de una capacidad, de una congruencia
y, como señalo, de un compromiso que dé el carácter, la fuerza y la entereza
para conducirse como un líder del que se sabe qué puede esperarse y en el que
se pueda confiar, ya que al final en esto último radica todo: confianza.
Cuando
alguien se expresa a favor de tal o cual persona para que esté al frente de una
universidad no es más que una manera de decir que se confía en esa persona para
que realice de una manera excelente su quehacer, obvio que esa confianza no
está, o al menos no debe estar, sustentada simplemente en ideaciones o
supuestos, sino que se basa, como lo he propuesto, en los conocimientos, la
capacidad, la congruencia y el compromiso que cada quien ve en esa persona.
¿Pudiera
pensarse que realmente alguien confía en otro cuando este último no demuestra
conocimiento, capacidad, congruencia o compromiso? Si este es el caso no
podemos hablar de confianza sino de conveniencia, conveniencia en que tal o
cual llegue sea por amistad o demás, pero esa conveniencia personal no
necesariamente es una conveniencia institucional, después de todo esta última
tiene su referente en que llegue el mejor considerando precisamente ese
conocimiento, capacidad, congruencia y compromiso que permita confiar en quien
llegue al frente de una universidad.
El
compromiso es ese plus, ese extra, que permitirá esperar que de un desempeño
que lleve a los conocimientos, las capacidades y las congruencias a su máxima
expresión en quien desee estar al frente de una universidad, siendo así que
pueda ostentarse como líder de la misma y moverla, junto con la sociedad en la
que está inserta, hacia mejores estados de desarrollo.
Roberto
Celaya Figueroa, Sc.D.
Formación
• I+D+i • Consultoría
Desarrollo
Empresarial - Gestión Universitaria - Liderazgo Emprendedor
Este
artículo puede verse en video en https://youtu.be/bP5YQb0cFZg
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