Una
vez analizados en los dos artículos anteriores los conceptos de capacidad
y competitividad académica, los cuales
se refieren a los recursos humanos y los
programas educativos de una universidad respectivamente, queda solo por
abordar en este último artículo la cuestión relacionada con la innovación
académica.
Según
la “Guía para formular el Programa Integral de Fortalecimiento Institucional
2012-2013”, la innovación educativa engloba los cambios estratégicos que se
implementan para mejorar la capacidad y competitividad académicas, así como de
la gestión. Entre otros aspectos esto se refiere a cuestiones tales como la
incorporación de enfoques y modelos educativos centrados en el aprendizaje,
actualización y flexibilidad curricular, planes y programas educativos basados
en competencias, competencias de los estudiantes y docentes para fomentar la
internacionalización, enseñanza-aprendizaje de un segundo idioma, renovación de
las prácticas docentes, investigación educativa para incidir en la superación
del personal académico y el aprendizaje de los estudiantes, incorporación de
las Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC´s) en apoyo al proceso
educativo, establecimiento y operación de programas de atención individual o en
grupo de estudiantes, establecimiento de planes de estudio menos recargados en
horas-clase y más en la autonomía de los estudiantes para su aprendizaje,
utilización de espacios virtuales para desarrollar competencias avanzadas para
su uso, promover el desarrollo de habilidades en el manejo de las TIC´s, entre
otros.
Incorporación
de enfoques y modelos educativos centrados en el aprendizaje. Recientemente se
han dejado de lado los modelos educativos que se centraban en la enseñanza
(modelo tradicional) y donde el maestro era el centro del mismo por nuevos
modelos que sitúan al alumno como centro del proceso y se enfocan más en su
aprendizaje.
Actualización
y flexibilidad curricular. La periodicidad (cada cuanto) en la actualización
del currículo (materias y contenidos) así como el tener una seriación mínima de
materias pretende por un lado contar con currículos al día y por otra minimizar
al máximo los cuellos de botella que generan materias seriadas.
Planes
y programas educativos basados en competencias. El enfoque de competencias (del
cual ya hemos hablado) busca desarrollar en el alumno conocimientos,
habilidades, actitudes y valores susceptibles de ser evaluados a través de
productos profesionales y disciplinarios tangibles.
Competencias
de los estudiantes y docentes para fomentar la internacionalización. En un
mundo global, aspectos tales como valores, apertura, multiculturalismo,
aprendizaje intercultural pueden coadyuvar a la inserción exitosa de los futuros
profesionistas.
Enseñanza-aprendizaje
de un segundo idioma. Aunado a lo anterior, la incorporación del aprendizaje de
una segunda lengua como parte del proceso formativo del profesionista permitirá
que éste pueda contar con la herramienta básica de la comunicación
internacional.
Renovación
de las prácticas docentes. Tiene que ver lo mismo con la manera de pensar del
docente que con las actividades que éste realiza como tal al estar frente de
una materia. La actualización constante tanto metodológica como disciplinaria
permite pensar en nuevas formas de abordar los temas de curso.
Investigación
educativa para incidir en la superación del personal académico y el aprendizaje
de los estudiantes. Con relación al punto anterior, los problemas naturales
relacionados con el proceso formativo deben ser respondidos a través de
investigación seria y metodológicamente objetiva que permita generar soluciones
viables y pertinentes.
Incorporación
de las Tecnologías de la Información y Comunicación en apoyo al proceso
educativo. Las tecnologías han venido a revolucionar la manera de ser y
relacionarse en el mundo, de la misma forma su incorporación en los procesos
formativos permite salvar cuestiones de asincronía temporal y limitaciones
geográficas.
Establecimiento
y operación de programas de atención individual o en grupo de estudiantes. La
tutoría tanto disciplinaria como académico-administrativa es vista como parte del proceso del alumnado
buscando con ello el óptimo aprovechamiento de su paso por la universidad.
Establecimiento
de planes de estudio menos recargados en horas-clase y más en la autonomía de
los estudiantes para su aprendizaje. La dinámica del mundo actual obliga a
pensar en procesos de enseñanza-aprendizaje flexibles y que al mismo tiempo
sienten las bases tanto del auto-aprendizaje como del aprendizaje durante toda
la vida, una manera de hacer esto es generando en el alumno las condiciones
para hacerlos autónomos.
Utilización
de espacios virtuales para desarrollar competencias avanzadas para su uso. La
incorporación de las Tecnologías de la Información y Comunicación en apoyo al
proceso educativo obliga a generar espacios virtuales (plataformas) que
permitan soportar el proceso relacionado con el uso de las TIC´s.
Promover
el desarrollo de habilidades en el manejo de las TIC´s. Como requisito y
consecuencia lógica de varios de los puntos vistos, el desarrollo de
habilidades en el manejo de las TIC´s se vuelve una variable necesaria del
proceso formativo mismo.
Con
este último artículo cerramos esta serie de tres dedicada a la Capacidad,
Competitividad e Innovación Académica. En la medida que las universidades
tiendan a la excelencia en estos tres aspectos, su impacto en la formación de
profesionistas garantizará que éstos se inserten con éxito en un mundo cada vez
más globalizado y competitivo.
Roberto
Celaya Figueroa, Sc.D.
Formación
• I+D+i • Consultoría
Desarrollo
Empresarial - Gestión Universitaria - Liderazgo Emprendedor
Este
artículo puede verse en video
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