Cuando hablo de temas
que tienen que ver con educación superior desde un punto de vista práctico,
todos ellos pudieran resumirse no digamos en un artículo, en una idea o en una frase sino incluso en
una palabra: empoderar. Esto se refiere a darle poder, darle fuerza, a las
personas e instancias que deben tener ese poder y esa fuerza, es decir,
empoderar de manera congruente, correcta y completa.
El problema de la
historia humana siempre es el mismo: una lucha por el poder, lucha social,
política, cultural e incluso en ocasiones militar. El problema del poder, como
alguien dijo una vez es que corrompe, va generando vicios, hace perder la
perspectiva y desgasta a quien lo posee, de ahí que constantemente tengan que
renovarse las personas, los procesos y las instancias que lo detentan.
Volviendo con la
historia humana, la misma es un mosaico donde puede verse la manera en que el
poder ha ido evolucionando de unos orígenes totalitarios a otros más sociales
en la actualidad, esta evolución ha ido habilitando a las personas para
distribuir entre las comunidades el poder y buscar de este manera
democratizarlo y crear un balance donde no exista concentración que genere
abuso.
El problema de lo
anterior es que no solo se trata de “repartir” el poder (si es que vamos a
llamar a esto de alguna forma) sino de repartirlo de manera congruente,
correcta y completa, y en esto las universidades pueden ser líderes si son
capaces de trascender en sus acciones.
Empoderamiento
congruente. Cuando me toca interactuar con alguna universidad o integrante de
alguna universidad, y tocamos el tema de la praxis universitaria, lo primero
que tomo para basar en ello mis argumentos es la visión y misión que la
universidad tenga. No necesito complicarme mucho la vida ya que la visión y
misión contiene el qué y cómo de la vida universitaria y todo lo demás debe
desglosarse de esto.
Refiriéndome al tema
del empoderamiento, los valores e ideales que una universidad exprese en su
misión y visión o incluso en los perfiles de egreso de sus profesionistas,
marcaran la pauta de ese empoderamiento que haga de sus integrantes, sus
instancias y sus procesos. Si este empoderamiento no es congruente con lo que
dice entonces estamos ante un caso donde solo se habla pero no se vive lo que
se habla.
Empoderamiento
correcto. El empoderamiento congruente es el primer paso pero no el único, me
han tocado el caso de universidades que en aras de sociabilizar sus valores e
ideales han empoderado integrantes, instancias y procesos que sí son los que
deben estar empoderados, pero lo han hecho de una manera tan poco pensada,
incluso torpe en algunos casos, que ha caído de nuevo en procesos inoperantes
en el mejor de los casos o excesos en los actuares en el peor.
El empoderamiento
correcto da la dosis necesaria de poder para garantizar el objetivo primario,
de la misma forma se asegura existan contrapesos y procesos reglamentados y
transparentes para garantizar que los ideales buscados (así es: ideales, no
metas u objetivos sino ideales) sean efectiva y eficientemente los conseguidos.
Empoderamiento
completo. Por último, una vez que tenemos identificadas las características del
empoderamiento congruente y del empoderamiento correcto, la siguiente fase es
el empoderamiento completo, no dudar ni temer a dar el poder a las personas,
instancias y procesos, no retener artificiosamente poder que permita trastocar
el proceso si éste no conviene a alguna de las partes.
Ahora bien, este
empoderamiento completo no quiere decir total, no, para nada. Debe cuidarse ese
contrapeso necesario en las decisiones e incluso instancias de apelaciones que
garanticen la correcta actuación de todos los involucrados.
Ahora bien, hay que
aclarar, un empoderamiento congruente, correcto y completo conlleva necesaria y
forzosamente una responsabilidad en el ejercicio del poder, responsabilidad que
debe quedar desde el principio claramente establecida para que los actores que
participen entiendan, comprendan y acepten la gravedad de su actuar y se
desempeñen en todo momento de manera impecable.
El empoderamiento
congruente, correcto y completo es una característica que uno quisiera ver de
manera contundente en nuestras universidades, ¿por qué? pues simple y
sencillamente porque las mismas constantemente nos recuerdan que ellas están
para ayudar a la sociedad a resolver sus problemas, luego entonces deben
mostrar en su actuar la manera correcta, congruente y completa de hacer las
cosas, ¿no crees?
Roberto
Celaya Figueroa, Sc.D.
Formación
• I+D+i • Consultoría
Desarrollo
Empresarial - Gestión Universitaria - Liderazgo Emprendedor
Este
artículo puede verse en video en https://youtu.be/5gXcFAj8QaQ
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