La Comisión Económica para América Latina y
el Caribe (2010) se refiere a esta dinámica de participación como un Sistema
Nacional de Innovación señalando que ese “Sistema Nacional de Innovación
incluye la tríada formada por gobierno, universidades y empresas. La realidad
de un sistema de innovación es mucho más compleja que esta representación
triangular y los canales de interrelación entre los diferentes agentes tienen
también un rol protagónico”. En este Sistema la red de actores gubernamentales
posee el papel relacionado con el
financiamiento y el establecimiento de las reglas del juego, en la que los
actores de mercado (empresas e industrias) se comprometen con el
financiamiento, la investigación y la innovación, y las instituciones de
educación superior y los centros de investigación se enfocan hacia la formación
de Talento Humano, la generación del conocimiento y la difusión de dicho
conocimiento.
Dado que, como señala Universia (2014) “El
modelo de triple hélice toma como referencia la espiral de la innovación
(frente al modelo lineal tradicional) que establece relaciones recíprocas entre
la universidad, la empresa y el gobierno... …que antes trabajaban de manera
independiente, tienden a trabajar en conjunto”, la aplicación de este modelo se
ha llevado a nivel medio superior y superior a través de la vinculación. En cuanto al nivel medio superior, según la
Secretaría de Educación Pública de México (2011), la vinculación con los
sectores productivos permite entre otras cosas “realización de las prácticas
profesionales en el ámbito formal del trabajo, revisión y actualización de los
programas educativos: “pertinencia de la oferta educativa, y fortalecimiento de
la competitividad del aparato productivo, formando recursos humanos de
excelencia”, lo cual deviene en una “inserción laboral, empleabilidad de los
egresados y abatimiento del desempleo juvenil”.
A pesar de estas intenciones, tal como señaló
el Dr. Rodolfo Tuirán (2013), Sub-Secretario de Educación Media Superior en el
Encuentro con Expertos: Vinculación Efectiva de la Educación Media Superior y
el Empleo, “6 de cada 10 jóvenes se insertan en actividades que no guardan
correspondencia con su formación, e incluso la inserción llega a ser tan
precaria que realizan funciones que no requieren estudios de
bachillerato”. De la misma forma
Universia (2012) señala, remitiéndose a un estudio de la secretaría de
Educación Pública de México, que “apenas 14 de cada 100 empresas en México
tiene algún tipo de vinculación directa con instituciones de educación
superior, contra 45 y 50 por ciento, respectivamente, en Brasil y Estados
Unidos”, esto como referente del problema para detonar la innovación en los
sectores productivo y social.
Un estudio realizado por Enrique Cabrero,
Sergio Cárdenas, David Arellano y Edgar Ramirez (2011) explica los principales
factores que inhiben las actividades de colaboración entre la universidad y la
industria en México asignando un 50.18% al desinterés de las empresas seguido
por un 35.29% relacionado con el calendario escolar y tres factores que juntos
dan el 86.9% y que se refieren a desconocimiento de ofertas sean de
investigación, consultoría o servicios tecnológicos (los porcentajes están
referenciados al universo de universidades que dicen presentan esa situación,
la suma no da 100% por ello).
El
mismo trabajo, en cuanto a proyectos de investigación, señala como principales
factores que inhiben la vinculación de los actores en esta modalidad al
desconocimiento de proyectos que pueden realizarse (35.28%), seguido de falta
de recursos (24.70%), desinterés por parte de las empresas (24.36%) y falta de
investigadores en las instituciones de educación superior (21.64%), entre
otros. Ambas conclusiones son coincidentes con el diagnostico sobre los
factores que obstaculizan la vinculación a nivel medio superior según la
Secretaría de Educación Pública de México (2011).
Patricia Acuña (1993) citando a Machado y Kessman
(1991), Rojas (1991) y Waissbluth (1991) señala que la vinculación se da de
varias formas: “transferencia de tecnología; cursos; servicios; asesorías;
convenios de colaboración mutua; financiamiento de investigaciones y desarrollo
tecnológicos; intercambio de personal; orientación de carreras profesionales;
generación de posgrados, adaptados a las necesidades empresariales;
participación conjunta en seminarios, congresos y demás eventos
institucionales; programas de educación continua; programas de fortalecimiento
académico; incentivos a la investigación; consultorías; asociación en nuevas
empresas; centros coadministrados entre la universidad y la industria;
incubadoras de empresas; sistemas de educación que facilitan la estancia de
estudiantes en la industria; programas de investigación cooperativos; parques
tecnológicos; financiamiento corporativo con base en premios, becas y cátedras
para profesores; programas cooperativos de educación; acceso corporativo a la
infraestructura universitaria; participación mutua en cuerpos directivos;
centros de investigación cooperativos y tecnológicos entre otras”.
En su artículo relaciones Universidad Empresa Estado (Almadio, 2008), citando a Dieter afirma
dentro de este contexto, que “para lograr el estatus de una sociedad de
conocimientos, no basta comprar y consumir conocimientos, también es preciso
producirlos. La innovación, producción y aplicación de nuevos conocimientos y
el uso y la difusión de información son decisivos para el éxito o el fracaso
para proseguir en una economía globalizada”.
En una indicación posterior, citando a
(Etzkowitz y Leydersdorff, 1997) comenta que “para dar cuenta de las
transformaciones institucionales mayores
que se vinculan a la emergencia de la economía globalizada y basada en el
conocimiento, se ha propuesto la noción diferente de la relación Universidad
Empresa Estado; con tres aristas (la triple hélice)”.
En ese sentido, la interpretación evolutiva
del modelo de triple hélice supone que, para los ámbitos locales y regionales determinados (Caso de Colombia), las
universidades, el gobierno y las empresas están aprendiendo a fomentar el
crecimiento económico a través de la transferencia de conocimiento y tecnología
mediante el desarrollo eficiente de
adecuadas relaciones orientadas a obtener conocimientos que pueden llamarse
“reciclados” que hacen interactivo el proceso.
La forma idónea de reciclar
conocimientos en este contexto es a
través de proceso estructurados de formación continua que propicien
mejoramiento y crecimientos (personal y laboral), en este aspecto la Empresa y
el Estado definen y sustentan sus a necesidades y coordinan con la universidad su desarrollo sustentados
en la necesidades del mercado y el crecimiento económico local, regional o
nacional.
En consecuencia, la necesidad de participar activamente en
procesos de innovación tecnológica que
beneficien los tres componentes a los
cuales se hace referencia y mejorar el beneficio social (dentro de la óptica de
la RSE) a partir de los resultados de los procesos de investigación y desarrollo (I+D), ha
permitido a las universidades que lo han intentado, establecer estrategias de gestión para incrementar mejorar y mantener su relación de mutuo
beneficio con el estado y las empresas (sector productivo y de servicios).
Como ejemplo puede mencionase el caso de la
Universidad Nacional de Colombia
que obtuvo tres distinciones que
reconocen la calidad y el compromiso de la institución con el avance de la
ciencia y el desarrollo de la tecnología en el país, la Asociación Colombiana
para el Avance de la Ciencia, ACAC, entregó tres Premios Nacionales al Mérito
Científico 2007 en las categorías Vida y Obra, Grupos de Investigación de
Excelencia y Divulgación de la Ciencia.
El modelo Triple Hélice al Cubo incluido en
esta propuesta, implica incorporar otras
sub-variables que tienen que ver con las variables tradicionales de
universidad-empresa-gobierno.
En el caso de la universidad,
tradicionalmente la participación en proyectos de vinculación (llámense de
aplicación o generación del conocimiento) está dada de manera natural para los
académicos, seguido de ello se incorporan en muchos de estos proyectos al
alumnado como parte de su formación, hay una faceta de la universidad no
explotada que contiene formación y experiencia y que puede dinamizar esta
variable, esta sub-variable es el componente administrativo.
La incorporación del componente
administrativo en los proyectos de vinculación implica, no el soporte de la
gestión administrativa, sino la incorporación de actores de igual a igual que
enriquezcan el proyecto con su formación y su experiencia. Sabedores que estos
actores tienen definida sus actividades en las universidades habrá que crear
los momentos, espacios y circunstancias para que, sin descuidar sus
obligaciones primarias, puedan colaborar en estos proyectos. Algunas
experiencias que se han tenido es que colaboran como asesores, de una manera
estratégica, con un tiempo mucho limitado y
enriqueciendo el proyecto y su propio quehacer universitario.
En el caso de la empresa, entendiendo en el
sentido más amplio está acepción (industria, comercio, asociación civil,
agrupación social, entre otros), generalmente la manera en que se abordan en
los procesos de vinculación es a través
de la departamentalización de las entidades (departamento de ventas, de
compras, de producción, de eventos, de gestión, por mencionar algunos.), siendo
la propuesta del modelo Triple Hélice al Cubo el ver a la empresa, sea la que
fuere, más bien como procesos siendo tres los propuestos: insumos,
procedimientos y resultados. Cada proceso tiene personal, departamentos,
objetivos, estándares y demás que colaboran para el logro del objetivo
final, verlos como procesos permite
darle a las actividades de la organización
sentido de transversalidad y complementariedad, de ahí que se requiera
el incorporar en los proyectos de vinculación a la empresa con estos tres
procesos claramente establecidos en cuanto a los qué, cómo, dónde, por qué,
para qué, cuándo y quién.
Por último, la parte relativa al gobierno
parte del supuesto que todo proyecto de vinculación implica una relevancia para
los tres niveles de gobierno, ya que de una forma u otra incide en sus
objetivos, que hace necesario que se incorporen estos. Luego entonces el modelo
Triple Hélice al Cubo señala que en todos los proyectos deben incorporarse
gobierno a nivel local, estatal y federal. La manera en que participarán puede
ser diversa, desde la básica que implica el financiamiento del proyecto,
pasando para la de gestión, apoyo, guía, encauzamiento, por citar algunos.
El beneficio que se ha notado de esta
incorporación tiene que ver con la facilidad para resolver los problemas que la
misma naturaleza de los proyectos pueda tener ya que en ocasiones dichos
proyectos tiene que ver con alguna de las instancias de los diferentes niveles
de gobierno, lo cual es fácilmente abordable cuando los tres están integrados
(o al menos considerados) en los proyectos. La gráfica No. 1 presenta un esquema aproximado de la composición de la Triple
Hélice al Cubo.
Gráfica
No. 1. Esquema del Modelo de la Triple Hélice al Cubo
Artículo "Triple hélice al cubo:
propuesta de modelo para dinamizar las actividades de vinculación
universitaria", publicado originalmente en co-autoria el Mtro. Fernando Rojas Rodríguez, de Bogotá, Colombia en
la revista arbitrada e indexada REDPOL de la Universidad Autónoma Metropolitana
en su edición número 9, descargar artículo completo desde http://bit.ly/1qj1jXp
Roberto
Celaya Figueroa, Sc.D.
Formación
• I+D+i • Consultoría
Desarrollo
Empresarial - Gestión Universitaria - Liderazgo Emprendedor
Este
artículo puede verse en video en https://youtu.be/xTdegeIHBO0
También
puede descargarse gratis el libro “HUMANO”, desde www.rocefi.com.mx
(Menú “Libros” Sección “e-book gratis”)
No hay comentarios:
Publicar un comentario