viernes, 15 de septiembre de 2017

Más que inserción del egresado en la sociedad de manera productiva, pensemos insertarlo de manera ¡reproductiva!


La función de las universidades es clara, la mayoría de ellas en su visión, misión, filosofía y valores hablan de formar integralmente al futuro profesionista, esta formación integral no es de gratis sino que persigue la habilitación del egresado para su inclusión en la vida de la sociedad, luego entonces estamos ante la situación donde al estudiante se le transmiten conocimientos, habilidades, actitudes y valores que buscan ser aplicados y replicados en dicha sociedad.

Yo creo que todos hemos vivido o conocido la experiencia de un recién egresado que con todo lo aprendido en la universidad busca ingresar al mercado laboral topándose con una realidad: allá afuera de la universidad las cosas son de otra forma.

No quiero explayarme en el asunto que reconozco es prioritario, pero que ya he abordado en otras ocasiones, relativo a que la formación del futuro profesionista en las universidades debe atenerse a los factores de relevancia, coherencia y pertinencia, quiero ahora abordar el tema de la manera en que lo aprendido en las universidades puede ser de gran utilidad para la sociedad… si ésta le permite aplicar lo aprendido al egresado.

En lo personal yo sí conozco casos de egresados que se han topado con ese discurso donde el quid del mismo gira en torno al señalamiento de que “en la universidad se enseña cómo deben hacerse las cosas de manera ideal, mientras que en la vida profesional se aprenden a hacerse las cosas de manera real”. Este  razonamiento es real e incluso es válido, pero es incorrecto y peor aún: atenta contra los intereses de la misma sociedad.

Una de las funciones de la universidad es precisamente ser el receptáculo del conocimiento adquirido por la humanidad durante miles de años, de la misma forma por la eficiencia formativa buscada, se escoge de todo el conocimiento existente aquel que es el mejor, es así como los procesos formativos enseñan la mejor forma de hacer las cosas.

Al salir de la universidad, si en una empresa, institución, organismo incluso gobierno, le dicen al egresado que si bien él trae una forma ideal de hacer las casos existe una forma real de hacer las cosas, lo único que se gana con esto es demeritar, no el perfil del profesionista, sino la misma función de la entidad, sea la que sea, y de la sociedad.

Buscar siempre como hacer las cosas mejor es el camino que garantiza la mejora continua y con ello la excelencia, esa mejora continua y esa excelencia redundan por razones obvias en toda la sociedad, otra forma de pensar, hacer o ser demerita esa función por lo que en vez de un círculo virtuoso la entidad y la sociedad se decanta en una vorágine de mediocridad y autocomplacencia.

Por eso cuando me toca exponer esta temática señalo que más que buscar que los egresados de las instituciones de educación superior se inserten de manera productiva en la sociedad, debemos buscar que éstos se inserten de manera reproductiva, es decir, que busquen, procuren incluso luchen por reproducir en la sociedad los conocimientos, las habilidades, las actitudes y los valores con los que fueron habilitados durante su proceso formativo universitario.

Muchos de los problemas de la sociedad son precisamente porque no se hacen las cosas como se debiera, esto se soluciona más que con una inserción productiva del egresado con una inserción reproductiva. La primer opción, la inserción productiva es pasiva, ve al futuro profesionista como un insumo más de los procesos productivos y busca amoldar al egresado al andamiaje laboral; por el contrario, la inserción reproductiva es activa, no ve al futuro profesionista como un insumo producto sino como factor de cambio y mejora y busca que el egresado, al ser puente entre la universidad y la sociedad, replique lo mejor de la primera e impacte de manera positiva en la segunda.

La inserción reproductiva del egresado apunta al papel que debe jugar la universidad en la sociedad, ya que sus procesos formativos, de investigación y de extensión de la ciencia y la cultura tienen la finalidad última de incidir positivamente en la sociedad y esto solo le es posible a las instituciones de educación superior a través de egresados que no solo sean profesionistas sino que se desempeñen con ética, valor, civilidad, compromiso, honestidad y solidaridad.

Roberto Celaya Figueroa, Sc.D.
Formación • I+D+i • Consultoría
Desarrollo Empresarial - Gestión Universitaria - Liderazgo Emprendedor

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