En la colaboración anterior referida al compromiso
de las universidades con la construcción de una sociedad mejor señalamos que la
universidad juega un papel crucial siendo por esto que la misma debe ser el
reflejo de lo mejor que se busca lograr en la comunidad: justicia, inclusión,
solidaridad, democracia, transparencia, legalidad y responsabilidad. En la
presente entrega abordaremos el postulado que se refiere al concepto de
autonomía responsable.
La ANUIES, en su obra
La Educación Superior en el Siglo XXI -Líneas estratégicas de
desarrollo-(http://www.anuies.mx/servicios/d_estrategicos/documentos_estrategicos/21/sXXI.pdf),
comenta en su séptimo postulado orientador que se refiere al concepto de
autonomía responsable que “la autonomía ocupa un lugar sustantivo en la escala
de valores de las IES públicas mexicanas…. …La naturaleza de las IES hace
necesario, para su buen funcionamiento, que la organización de las actividades
y, en general, la toma de decisiones, se hagan mediante mecanismos establecidos
y operados internamente, principalmente por sus cuerpos académicos y sin
interferencia de intereses externos. Las actividades y toma de decisiones de
las IES se realizan en el marco jurídico de la sociedad. El principio de la
autonomía debe complementarse con los valores de responsabilidad social y de
informar a la sociedad, no sólo en lo que corresponde al uso de los recursos
financieros, sino también en relación con todas las actividades de docencia,
investigación y difusión. La apertura a mecanismos rigurosos y objetivos de
evaluación externa es un elemento básico para esta dimensión”.
Como referentes de
esto podemos decir que en 1953, la Unión de Universidades de América acotó que
el concepto de autonomía universitaria alude al “derecho de… …dictar su propio
régimen interno y a regular exclusivamente sobre él; es el poder de la
Universidad de organizarse y de administrarse a sí misma. Dicha autonomía es consustancial
a su propia existencia y no a una merced que le sea otorgada –y debe ser
asegurada– como una de las garantías constitucionales”. De la misma
forma el Consejo Universitario de la Universidad Nacional Autónoma de México,
señaló en 1966 que “autonomía universitaria es esencialmente la libertad de
enseñar, investigar y difundir la cultura. Esta autonomía académica no existe
de un modo completo si la universidad no tuviera el derecho de organizarse, de
funcionar y de aplicar sus recursos económicos como lo estime más conveniente,
es decir, si no poseyera una autonomía administrativa; y si no disfrutara de
una autonomía legislativa, que es su capacidad para dictarse sus propios
ordenamientos”.
Como podemos ver, la
autonomía universitaria busca ante todo liberar la actividad académica de
docencia, investigación y extensión, de los vaivenes políticos, sociales o
religiosos para darle, o más bien garantizarle, la objetividad requerida para
el avance de la ciencia y la cultura.
De la misma forma,
todos los referentes acotan esta autonomía a su funcionamiento interno más sin
embargo no la convierten en patente de corso para identificarla o confundirla
con una independencia donde las leyes “externas” de la sociedad no tienen
cabida ni aplicación. Al contrario, la Universidad debe ser expresión culmen de
los derechos y obligaciones sociales pero de la misma forma ser completamente
libre para enseñar, investigar y difundir el conocimiento.
Así que si “afuera”
de la universidad existe la libertad de expresión, “adentro” debe haber una
dinamización de este derecho que permita el libre intercambio de ideas; si
“afuera” de la universidad los corruptos y fraudeadores van presos, “adentro”
este proceso de denuncia debe ser expedito y certero para garantizar la justicia;
si “afuera” de la universidad existe la obligación social de la denuncia;
“adentro” esto debe ser el modus vivendi de sus integrantes para garantizar la
excelencia en el desempeño profesional; si “afuera” de la universidad existen
esfuerzos por garantizar procesos objetivos y transparentes, “adentro” debe
haber la garantía de que las instancias y los procesos funcionan de manera
clara, correcta y objetiva.
La universidad, más
que diferente a la sociedad, debe ser mejor que ella y utilizar su autonomía,
no para crear ambientes de corrupción, mediocridad e impunidad entre sus
elementos, sino para exigir y exigirse de manera libre, contundente y responsable de tal forma que su andar sea
de excelencia en excelencia. En la siguiente entrega abordaremos el postulado
que se refiere a las estructuras de gobierno y operación ejemplares en una
universidad
Roberto
Celaya Figueroa, Sc.D.
Formación
• I+D+i • Consultoría
Desarrollo
Empresarial - Gestión Universitaria - Liderazgo Emprendedor
Este
artículo puede verse en video en https://youtu.be/kwdJ-y2XBl0
También puede descargarse gratis el poemario del
mismo autor "Perfectos son tus caminos” -50 poemas en la línea del
pensamiento cristiano-, desde www.rocefi.com.mx (Menú
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