Un hecho
innegable es la necesidad de que existan reglas que nos permitan regularnos
como entes en una sociedad, esta principio es aplicable casi a todo aspecto de
nuestra vida ya que desde la familia hasta las organizaciones las reglas que se
dictan son con la finalidad de propiciar un fin superior mayor que es el de la
convivencia armónica, pero en el caso de las universidades ¿qué quiere decir
esto?
Prácticamente
desde que nacemos nos vemos sometidos a reglas, incluso un bebé tiene sus horas
de comida y los alimentos que debe ingerir so pena de afectar su desarrollo en
caso de no cumplir esto. Conforme vamos creciendo nos vemos sometidos cada vez
a más reglas tanto sociales, políticas, empresariales, institucionales e
incluso religiosas. Un análisis de todas esas reglas nos permite ver la ventaja
que ocasiona el vivir en un sistema ordenado y en cierta forma predecible.
Pero en
ese sistema, en cualquier sistema, hay actores que por su misma asimetría no
son comparables, por ejemplo, el caso del gobierno y los ciudadanos. Por la
misma naturaleza de esta relación el gobierno se ve sujeto a disposiciones
adicionales a las de los ciudadanos, así una máxima marca que el gobierno puede
hacer aquello que les está expresamente permitido, mientras que los ciudadanos
pueden hacer todo aquello que no les está prohibido.
Esta
dupla constreñimiento-liberación podemos verla (y de hecho debemos verla) cuando
se construye normatividad al interior de nuestras universidades ya que la
relación autoridades-integrantes se mantiene.
En una
ocasión durante un ejercicio en este sentido, mis propuestas iban en esa
dirección, es decir, amarrarle las manos a las autoridades –como se dice
coloquialmente- para evitar la discrecionalidad en su actuar al mismo tiempo
que buscaban fomentar la participación de manera libre de los integrantes de la
comunidad universitaria.
Ante
esto un integrante de la administración institucional, personalizando mi
propuesta, me preguntó por la razón de pretender amarrar manos preguntándome si
es que acaso eso se debía a que no confiaba en el buen actuar de las
autoridades. Mi respuesta fue de inicio despersonalizar el evento como se
presentaba ya que cuando se construyen normatividades éstas deben entenderse en
un contexto general de aplicación y no en la personalización de tal o cual
persona.
La
segunda parte de mi respuesta se dirigió a señalar que no era cuestión de
confianza o falta de ella en las autoridades (lo cual de nuevo es personalizar
el análisis) sino de garantizar la creación y vigencia de procesos
institucionales normados que nos den la seguridad a todos de que las cosas se
harán bien independientemente de quién esté en tal o cual puesto.
Toda
autoridad –gubernamental, empresarial, universitaria, etc.- tiene una ventaja
sobre el resto de los integrantes por los recursos que dispone y por el nivel
jerárquico que detenta, de ahí que si no existen reglas que limiten y delimiten
su campo de acción la tentación de la discrecionalidad en el mismo –y por lo
tanto los excesos en el ejercicio de la función- está latente.
Por otra
parte y con relación a los demás integrantes de una universidad, las reglas que
se desarrollen deben buscar en todo momento no coartar de ninguna manera su
actuación, siempre y cuando ésta se de dentro de los límites que permitan
precisamente esa sana convivencia que se busca.
La normatividad en una universidad, a manera de
replicar otros aspectos de nuestra vida, tiene la intención de protegernos de
los abusos que pueden darse en el ejercicio del poder, de ahí que una función
de la misma sea el obligar a las autoridades a desempeñarse en un actuar
determinado; de la misma forma y como reconocimiento a las libertades que como
individuo tenemos, también debe ser un baluarte que establezca las condiciones
para que ese actuar libre se de. En la medida que ambos aspectos sean
considerados en la creación de normatividades universitarias, las universidades
se desarrollaran como modelos a replicar en los demás aspectos de la vida
social.
Roberto
Celaya Figueroa, Sc.D.
Formación
• I+D+i • Consultoría
Desarrollo
Empresarial - Gestión Universitaria - Liderazgo Emprendedor
Este
artículo puede verse en video en https://youtu.be/Sc4skBIhwr0
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