Cuando
hablamos de un conglomerado social, como en el caso de las universidades, de
ninguna forma estamos hablando de un grupo homogéneo e integrado en su
totalidad, sino de un conjunto de grupos diversos, diversos en intereses,
objetivos, pensamientos y valores, y no solo diversos sino incluso en ocasiones
en contraposición unos con otros, situación que debe verse con el potencial
positivo que tiene.
Hay
quienes tienen una idea sobre la buena convivencia institucional en las
universidades que corresponde más bien a una caricatura que a la realidad. Esa
caricatura plantea la paz, la armonía y la tranquilidad como las variables
mismas del sistema donde todos, en una especie de paraíso terrenal, viven sus vidas
universitarias en un ambiente de fraternidad. La realidad es diametralmente
opuesta.
Todo
conglomerado social está formado por individuos, individuos con ciertas
características que por lógica natural se van asociando con quienes las
comparten, esta asociación deviene en grupos que terminan compartiendo
visiones, principios y valores y por ende proyectos. Por lo anterior estos
grupos al interior de las universidades se diferenciaran unos de otros y en
ocasiones incluso podrán llegar a estar en contra.
La
contraposición de grupos al interior de las universidades sería un caos si no
fuera por las leyes y reglamentos que permiten la convivencia, cohesionan a los
grupos y le dan dirección al proyecto institucional. Además, en este
enfrentamiento hay algo de extremo valor: la visión crítica existente entre los
grupos antagónicos.
Esta
visión crítica implica que cada grupo está pendiente uno del otro para señalar,
exigir, buscar por qué no decirlo, el menor atisbo de error en el otro para
como se dice coloquialmente “caerle a palos”. La ventaja de esto es que de una
manera informal se genera un acicate para que cada grupo (sobre todo cuando se
está en el poder) se desempeñe con corrección, legalidad y excelencia. Esa es
la ventaja de los enemigos internos universitarios cuando se sabe aquilatar ese
valor: el estar en una constante pugna, uno por hacer lo mejor que esté de sí,
otro por buscar los errores del primero para señalarlo.
Si
bien alguien podría pensar que un sistema así no pudiera prevalecer, la variable
que resuelve esta contradicción es la normatividad interna universitaria.
Todos, amigos o enemigos, deben sujetarse a esa normatividad y buscar que con
ella se dé ese desempeño excelente y ese espíritu de crítica. Cualquier
desborde de pasiones que ignore la normatividad debe verse como un ataque el
sistema mismo y por ende corregirse, de ahí en fuera no solo es deseable sino
incluso promovible esos grupos antagónicos que sirven de fiscalizadores de la
labor unos de otros.
Sin
duda alguna todos deseamos paz, armonía y tranquilidad, pero si esto se ve como
el objetivo mismo de la vida institucional se corre el riesgo de en aras de
ello no señalar errores, no criticar malas actuaciones, no sancionar malas
conductas, con lo que el verdadero proyecto institucional no solo no cumple su
función social sino que incluso corre riesgo.
Por
otro lado, ese enfrentamiento al interior entre grupos antagónicos que se da de
manera lógica y que debe sujetarse al marco regulatorio de la normatividad,
devengará en cada vez mejores desempeños que imposibilitarán señalamientos y
que al final conducirán a ese ambiente deseado ya que quienes detentan el poder
lo hará lo mejor posible para no verse señalados y quienes están en contra no
tendrán elementos para poder señalar errores o desviaciones.
Si
bien esta exposición de ideas se ha hecho bajo el título de “lo bueno de los
enemigos internos universitarios”, la realidad es que no hay tales enemigos,
sino personas con diferentes maneras de ver las cosas, que tienen otras ideas e
intereses, y que si aquilatamos su función crítica al interior de la
universidad puede servirnos como aliciente para hacer cada vez mejor las cosas
y ser por ende mejores personas, contar con mejores procesos, y avanzar hacia
una mejor universidad.
Roberto
Celaya Figueroa, Sc.D.
Formación
• I+D+i • Consultoría
Desarrollo
Empresarial - Gestión Universitaria - Liderazgo Emprendedor
Este
artículo puede verse en video en https://youtu.be/ukY3RnbYR_U
También
puede descargarse gratis el libro “¿Tu
Helado se Derritió? -Construcción Dinámica de Liderazgo Trascendental- Los 4
Cuerpos del Liderazgo Trascendental”, desde www.rocefi.com.mx (Menú
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