jueves, 1 de diciembre de 2016

Papel de la Universidad en la Triple Hélice


El papel de la universidad se ha visto enfrentado con una nueva realidad social, política, económica y educativa que ha obligado a replantear su tradicional papel como formadora de recurso humano a co-partícipe de la creación de riqueza en todas sus acepciones, en la medida que ésta tenga claro el nuevo papel que le ha tocado jugar es como, sin perder su esencia, contribuirá a crear una mejor sociedad.

Después de la vorágine de los 80´s y los 90´s, muchos conceptos y concepciones de los actores de la vida cotidiana sufrieron grandes adecuaciones, en el caso de la universidad comenzó a manejarse como referente un modelo llamado de la
Triple Hélice, como una manera de sacarla de su aislamiento y hacerla actor activo de los cambios sociales, políticos pero sobre todo económicos y productivos.

Contrariamente a lo que muchos creen, el modelo de la Triple Hélice no es reciente, en 1966 fue propuesto por Etzkowitz y Leydesdorff como descripción y funcionamiento ideal de un sistema en crecimiento. Este modelo fue aplicado a la relación Universidad-Empresa-Gobierno donde estos tres componentes son inestables, pues tienen intercambios dinámicos, y se van desarrollando en espiral.

En este orden de ideas, y aquí viene la parte medular del modelo señalado, el papel del gobierno sería crear el marco regulatorio así como las inversiones públicas necesarias que permitieran el desarrollo y crecimiento, de la misma forma, las empresas aportarían el capital privado necesario para sociabilizar la creación de oportunidades vía empleo y producción, por último, a la universidad le correspondía formar recursos humano capaz y competente, con las habilidades, conocimientos, actitudes y valores necesarios para responder a este entorno dinámico, de la misma forma coadyuvaría (pues es una de sus fortalezas) con la generación (investigación) y aplicación (desarrollo) del conocimiento.

Para fomentar el anterior modelo se propusieron esquemas de co-participación en proyectos conjuntos donde cada actor aportara lo que era su naturaleza y su fortaleza generando entre los tres una sinergia dinámica de crecimiento y desarrollo.

El problema (pues siempre hay un problema) es cuando alguno de los actores pierde la esencia de su propia naturaleza y pretende entrar en la esfera de acción de otro actor, ejemplo el caso de las universidades que creyendo ser gobierno o empresa (sin serlo) optaron por comenzar con inversiones públicas o privadas con la finalidad de darle velocidad a los proyectos, el resultado generalmente no fue el esperado.

La razón de lo anterior es sencilla: cada ente participante en la Triple Hélice debe dedicarse a lo que mejor sabe hacer, a lo que tiene incluso por obligación legal, normativa e incluso social el efectuar. Salvo la universidad privada que por la confluencia de capitales privados tiene un cariz entre negocio-universidad, la universidad pública no está para grandes inversiones públicas (sobre todo si éstas ni siquiera tienen que ver con su objeto como universidad) ni mucho menos para inversiones privadas donde busque darle un cariz lucrativo a su perfil.

La idea de la Triple Hélice no solo era dinamizar la relación entre los actores sociales y productivos sino también servir de filtro o control entre los tres, luego entonces un proyecto debía convencer a las tres partes (gobierno: carácter social, empresa: carácter productivo, universidad: carácter formativo y de investigación) para poder ser desarrollado. Cuando una universidad excluye a los otros dos actores no hay esos filtros de evaluación de la pertinencia de los proyectos con los que los mismos corren el riesgo de convertirse en inversiones improductivas, innecesarias e irresponsables (elefantes blancos, pues).

La universidad ya no está para un carácter pasivo de solo enseñar, sino que su nuevo papel es eminentemente activo en cuanto a la formación de recurso humano y la generación y aplicación innovadora del conocimiento, pero en esta dinámica debe también aprender a cooperar con los demás actores de la comunidad dejando para cada quien las acciones y responsabilidades propias de la naturaleza, marco regulatorio y función productiva/social que le corresponda.

Roberto Celaya Figueroa, Sc.D.
Formación • I+D+i • Consultoría
Desarrollo Empresarial - Gestión Universitaria - Liderazgo Emprendedor

Este artículo puede verse en video en https://youtu.be/UqVt0bFHUP4

También puede descargarse gratis el poemario del mismo autor "Perfectos son tus caminos” -50 poemas en la línea del pensamiento cristiano-, desde www.rocefi.com.mx  (Menú “Libros” Sección “e-book gratis”)


No hay comentarios:

Publicar un comentario