viernes, 29 de julio de 2016

Valores Docentes 2 de 6: Consenso


Hablando del valor del compromiso, comentábamos en el artículo anterior que el docente en su hablar y en su actuar debe ser capaz de vivenciar el compromiso y no solo eso, sino de transmitirlo como un valor que nos permite avanzar individual y comunitariamente hacia la excelencia. Creer y sembrar el valor del compromiso implica trabajar en el presente por un futuro de oportunidades y desarrollo donde las personas puedan no solo tener más, sino cada vez ser más y mejores reflejando esto en la comunidad que integran. En esta ocasión hablaremos sobre el valor del consenso.

Consenso es la plataforma que garantiza la viabilidad de los acuerdos ya que incorpora la mayoría de las pensamientos y voluntades expresados a través de la conciliación de diferentes posturas tomando como referente el bien común. Al mismo tiempo es el termómetro que permite evaluar la capacidad de quienes están al frente de actuar no solo como autoridad sino como líderes de opinión. En ese sentido hay que tener muy en claro que el consenso solo puede darse entre diversas posturas legales, éticas y morales, no puede buscarse consenso entre posturas que violenten algunas de las normas anteriores pues se estaría no ante un consenso sino ante una claudicación personal y social.

Hasta el paradigma anterior el maestro era el que decidía qué se iba a hacer y el que otorgaba calificaciones en función de la respuesta de los alumnos a los criterios por él establecido, por su parte el alumno desempeñaba un papel pasivo-reactivo donde no había convencimiento en lo que se hacía salvo por el hecho de que si no se hacía no se obtenía la aprobación del maestro. En el nuevo paradigma el maestro debe ser capaz de bajar de su pedestal y de correr los riesgos de una evaluación centrada en el estudiante y en los resultados. El proceso ya no puede girar en lo que hizo o dejó de hacer el maestro o en si cumplió o no los programas o las reglas, sino en si el alumno desarrolló las competencias que requiere. Para ello los cambios en la relación deben ser consecuentes con las actitudes y valores que se desean formar.

El docente debe ser capaz de dejar su pequeño poder para ingresar en un área de servicio; debe considerar al alumno como una persona capaz, libre y dueña de su destino y no como alguien que debe hablar cuando aquel se lo diga y callar cuando se le señale. La relación maestro-alumno debe darse entre iguales, siendo uno de ellos el más experimentado para proponer los medios para el desarrollo de las competencias, pero sin llegar a ser el que coarte la acción y el proceso personalísimo del otro. Para ello el docente requiere hacer una reingeniería donde evalúe cada actividad que realiza, así como cada paradigma que tenga del proceso, a la luz de los cambios que caracterizan lo mismo al mundo globalizado actual y la era de la información, como a los nuevos perfiles que han comenzado a desarrollar tanto las profesiones como las personas.

Este nuevo actuar e interactuar del maestro obliga necesaria y forzosamente a los consensos. La ventaja del consenso es la inclusión de las diferentes voces y opiniones, la desventaja es que requiere de una gran capacidad de liderazgo, empatía e inteligencia tanto cognitiva como emocional, es por ello que la tentación de la imposición autoritaria basados en una jerarquía maestro-alumno siempre estará latente pues facilita las cosas, al menos para el maestro.

Mencionamos al inicio que el consenso solo puede darse entre diversas posturas legales, éticas y morales, no puede buscarse consenso entre posturas que violenten algunas de las normas anteriores pues se estaría no ante un consenso sino ante una claudicación personal y social. Hay quienes creen que consenso es llegar a que todas las voces quepan, pero eso no es posible por dos razones, la primera es porque en muchas ocasiones las posturas son excluyentes por lo que debe negociarse una de las dos o una tercera como opción; la otra razón es que en ocasiones algunas posturas no serán legales, éticas y morales, por lo que de inicio la negociación no puede realizarse.

Legalidad. La legalidad es nuestro primer marco de referencia y tal vez el más sencillo pues parte de una norma objetiva y positiva estipulada en leyes, reglamentos y normatividades que establecen las formas de evaluar la corrección de una acción. La ley es para cumplirse, no para votar su cumplimiento, no para negociar su cumplimiento, no para convenir su cumplimiento, sino para cumplirse. Esta premisa permite a todos un marco estable en el que podemos desenvolvernos, de otra forma propicia el desorden y la inseguridad de todos, incluso de los que inicialmente se benefician de esa no aplicación de la ley.

Ética. La cuestión ética, que hemos abordado en otros artículos, nos permite resolver aquellas cuestiones que, como se dice comúnmente, no esté del todo claro aún y cuando se aplique una norma objetiva como sería en el caso de una ley o reglamento ambiguo o incompleto. La mayoría de las profesiones y colegios profesionales cuentan con códigos de ética que permiten, sin ser coercitivos, señalar parámetros aceptables y reconocidos de actuación.          

Moralidad. Cuando hablamos de moralidad no nos referimos a la moralidad religiosa sino más bien a la moralidad social. La moralidad religiosa hace énfasis en cuestiones de conducta que si bien tienen un referente en la persona y el mundo su fin último es la relación con la divinidad, no es esta moralidad a la que nos referimos por la sencilla razón de la diversidad religiosa existente que haría imposible el acordar normas de conducta con este fundamento además que quebrantaría el principio de tolerancia al querer imponer a los demás criterios morales religiosos. La moralidad a la que nos referimos es social, abarca un terreno por todos conocidos y parte de un consenso comunitario sobre lo que es justo, correcto y verdadero.


Si las tres condiciones se cumplen, legalidad, ética y moralidad, entonces las diferentes posturas pasan a la siguiente etapa, es decir, a la búsqueda del consenso a través de las coincidencias. El maestro, como propugnador de un futuro mejor, debe actuar ante lo que es correcto, no lo más conveniente, y trasmitirlo así a sus alumnos. Debe proponer los debates y los análisis sobre bases legales, éticas y morales y debe ser capaz de mostrarle al alumno que lo correcto nos beneficia a todos mientras que lo conveniente solo a unos cuantos.

El maestro, a través del consenso, genera un futuro donde el diálogo y la tolerancia tienen lugar, pero mejor aún, le apuesta a un futuro donde las cosas se hacen de manera correcta pues la discusión privilegia los argumentos y las evidencias y las decisiones se toman de manera objetiva teniendo en cuenta el bien común.

Consenso no implica perder una postura, sino enriquecer la propia con puntos de vista adicionales, de la misma forma consenso no garantiza éxito ni buenos resultados pues éste va aunado al cumplimiento de los acuerdos consensuados.

El consenso impone al docente el reto de ser capaz de liderar al grupo para que juntos lleguen a las mejores decisiones, es por ello que mientras siembre en sus clases y en sus alumnos el valor del consenso basado en argumentos y evidencias y en un marco de legalidad, ética y moralidad, podrá tener la seguridad que los frutos permitirán pensar en una sociedad cada vez más justa, equitativa, democrática e incluyente.



Roberto Celaya Figueroa, Sc.D.
Formación • I+D+i • Consultoría
Desarrollo Empresarial - Gestión Universitaria - Liderazgo Emprendedor

Este artículo puede verse en video en https://youtu.be/Eb8Xb9jrkI4

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viernes, 22 de julio de 2016

Valores Docentes 1 de 6: Compromiso


La publicación del artículo "Educar para trascender" permitió que se generara una serie de intercambios de opinión con quienes nos leen cuya coincidencia fue el de ahondar más en los temas tratados. Es así como en esta serie de seis artículos abordaremos de manera más detallada esos valores que el docente no solo vive y transmite sino que configuran el futuro por el cual todos trabajamos.

 

Comentábamos en el artículo en cuestión que "compromiso es la contraparte a la que está obligada toda autoridad por el apoyo recibido para ostentarse como tal. Esto puede resumirse en actuar siempre y en todo momento de manera justa, ordenada, transparente, legal y armónica supeditando sus intereses a los intereses comunitarios y reflejando en sus dichos y hechos una congruencia siempre y en todo momento. Los compromisos son para cumplirse, no para luego andar buscando pretextos que justifiquen el que no se cumplieron".

 

En ese sentido el docente debe trabajar de dos maneras: trabajar para sembrar en quienes en algún momento desempeñarán algún cargo de autoridad en el sector público, privado o social para que vivan en su desempeño el valor del compromiso que como autoridad tendrán. La otra manera es trabajar con quienes, sin ser autoridad, son quienes están sometidos a ellas para que exijan a quienes se ostentan como autoridad ese actuar congruente respecto del compromiso adquirido.

 

Observemos como es que la definición que dimos de compromiso conlleva un actuar justo, ordenado, transparente, legal y armónico, es decir, un desempeño que permita el interactuar de los individuos de manera personal y comunitaria y que garantice una mejora continua en ambos sentidos.

 

Justo. La definición común de justicia se refiere a darle a cada quien lo que merece, para ello hay varios referentes, tanto normativos como de sentido común. La justicia no solo debe existir sino ser apreciada. De nada sirve que un actuar sea justo cuando no es percibido, de la misma forma no porque la mayoría señale un actuar justo lo es. Para ello se requieren parámetros de referencia (por eso dijimos que hay referentes normativos y de sentido común). La justicia no solo considera normas y reglas sino también contextos y atenuantes. La justicia implica rectitud de criterio y corrección de intención. La justicia permite una sociedad armónica e individuos honestos. La justicia es contraria a la corrupción, la simulación, la complicidad y la conveniencia.

 

Ordenado. El orden va aunado a marcos de referencia, a parámetros de comparación (legales, morales o sociales), pero va más allá pues el orden siempre tiene un fin ulterior. El orden no es un fin en sí mismo, es un medio para una meta más avanzada que va aunada con el desarrollo personal y comunitario. Orden implica no solo que las cosas se hacen de una forma determinada, sino que se busca que esa forma sea la mejor posible. El orden solo es posible en un ambiente regulado, con expectativas claras pero también con libertad de ánimo y de espíritu para crear, proponer y mejorar.

 

Transparente. Una máxima dice que "solo es transparente quien no tiene nada que esconder". Quien es autoridad debe ser transparente, y quien no lo es debe exigir a la autoridad esa transparencia. La transparencia, cuando de autoridades o liderazgos se trata, no es una dádiva que la autoridad o el líder da como prebenda, sino una obligación que va implícita con su investidura pues en sus acciones e intenciones lleva no solo su destino sino el de quienes le están supeditados. Aún y cuando tendremos un artículo para hablar de este tema si quisiera señalar en este momento que, si bien se ha avanzado bastante en esto, aún falta mucho por hacer, pues así como hay leyes que buscan cumplir y hacer cumplir este precepto (sobre todo en la cuestión pública) también hay intentos cada vez mayores por dilatar la entrega de información o de plano obstaculizarla.

 

Legal. La ley es lo único que nos normaliza a todos, me comentaba un conocido, y tiene razón. La ley, o en un sentido más amplio, las normas, permiten pensar en una sociedad ordenada donde todos conocen las reglas. Cuando esas reglas existen pero no se aplican o se tuerce su aplicación para beneficiar al cómplice y golpear al disidente podemos hablar de una sociedad (o al menos una autoridad) corrompida y por ende ilegal y no representativa. La ley no es para discutirse o votarse en cuanto a su aplicación, sino para aplicarse. La Ley obliga, primero a quienes estamos bajo ella a cumplirla, y segundo a quienes detentan alguna autoridad a obligar su cumplimiento, en esto último también van ellos. Hay quien cree que una autoridad está por encima de la ley y que puede optar por cumplirla o no y decidir cuándo sanciona a otros por su incumplimiento. Esa es una visión no solo torcida del estado de derecho sino inmoral y anti-ética. La justicia y la legalidad van de la mano.

 

Armónico. La armonía tiene que ver con el aspecto personal de la interacción pero también con el ambiente general creado de ello. Es esa sensación por la cual uno se siente bien siendo parte de un grupo y el grupo se siente bien como tal. Pero ojo, esa definición lo mismo es aplicable para un grupo negativo que para uno positivo. Quienes se unen para delinquir, para fraudar, para engañar, claro que sienten bien entre ellos, podemos decir que el ambiente que crean para sí es armónico, luego entonces la armonía no solo se refiere a estar bien en lo personal y en lo grupal, sino a estar bien de manera justa, legal, ordenada y transparente.

 

Por último, aunque no están reñidas estas cualidades, en ocasiones se contraponen y es cuando la rectitud de carácter debe entrar. Por ejemplo, si ante un actuar individual o grupal se antepone la armonía (el estar todos bien) con lo legal (el hacer las cosas bien), debe prevalecer el correcto actuar y hacer lo que es debido.

 

El docente en su hablar y en su actuar debe ser capaz de vivenciar el compromiso y no solo eso, sino de transmitirlo como un valor que nos permite avanzar individual y comunitariamente hacia la excelencia. Creer y sembrar el valor del compromiso implica trabajar en el presente por un futuro de oportunidades y desarrollo donde las personas puedan no solo tener más, sino cada vez ser más y mejores reflejando esto en la comunidad que integran. En el siguiente  artículo hablaremos sobre el consenso.




Roberto Celaya Figueroa, Sc.D.
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viernes, 15 de julio de 2016

Educar para trascender


El término de un año y el inicio de otro es momento propicio para la reflexión, el análisis y los propósitos. Los días transcurridos nos permiten evaluar lo logrado y los días por transcurrir nos invitan a establecernos nuevas metas. En cualquiera de los dos casos, es la oportunidad de dirigir nuestros pasos hacia donde nuestra voluntad, nuestros sentimientos y nuestro carácter lo deseen.

El final de un año y el inicio de otro nos permitió ver dos situaciones entre amigos y conocidos: quienes señalaban los problemas que habíamos vivido en el año que concluye (algunos por cierto muy graves) y quienes señalaban los buenos propósitos (algunos por cierto muy buenos) para hacer del siguiente año uno mejor. Señalamientos respecto de los niveles de violencia, corrupción e inseguridad estaban al orden del día, de la misma forma los parabienes para que el siguiente año fuera un año de éxitos, alegrías y una mejora general. Curiosamente en ambos casos la responsabilidad de todos y cada uno de nosotros es determinante.

En el caso del docente lo anterior es doblemente cierto. Él se encuentra frente a sus alumnos, los cuales son los ciudadanos del mañana, no solo para enseñarles una técnica sino para transmitirles actitudes y valores. El docente no solo forma profesionistas o genera soluciones o divulga cultura, sino que va más allá dándole, a quienes en la educación buscan una respuesta, los conocimientos, las habilidades, las actitudes y los valores para remontar sus destinos, para lograr sus sueños, y para forjar por si mismos su propio futuro. En otras palabras el docente siembra semillas de esperanza, aliento y determinación que germinarán mucho después y cuyos frutos permanecerán incluso una vez que se haya ido.

Un maestro que opte por la mediocridad, por el callarse, por el "no hacer olas", por "llevar la fiesta en paz", tiene miras de muy corto plazo pues eso implica no afrontar con decisión y carácter los problemas que nos atañen a todos, los cuales a la vuelta de la esquina terminarán por ser mayores que nuestras fuerzas para corregirlos.

Por el contrario el maestro que opta por generar una sociedad participativa, crítica, constructiva, que no solape la mentira, la corrupción y la simulación, necesariamente estará sembrando semillas para una sociedad más justa, incluyente, democrática y responsable.

El docente debe ante todo reflejar en su persona y en su institución los mejores valores que desea ver reflejado en la sociedad: fortaleza, orden, y responsabilidad. Debe constantemente buscar crear una sociedad que fomente y permita el debate y el libre intercambio de las ideas, una sociedad que respete y promueva la justicia y la legalidad, una sociedad que reconozca el buen desempeño y se exija cada día más. Dicho de otra forma, una sociedad sustentada en la transparencia, el consenso, la inclusión, el compromiso, la rendición de cuentas y la cordialidad.

Este año que inicia es un buen pretexto para que cada docente trabaje en su grupo, en su clase, en su salón, con esa pequeña porción de México que se le ha encomendado para sembrar las semillas de la sociedad que queremos:

Compromiso. El compromiso es la contraparte a la que está obligada toda autoridad por al apoyo recibido para ostentarse como tal. Esto puede resumirse en actuar siempre y en todo momento de manera justa, ordenada, transparente, legal y armónica supeditando sus intereses a los intereses comunitarios y reflejando en sus dichos y hechos una congruencia siempre y en todo momento. Los compromisos son para cumplirse, no para luego andar buscando pretextos que justifiquen el que no se cumplieron.

Consenso. El consenso es la plataforma que garantiza la viabilidad de los acuerdos ya que incorpora la mayoría de las pensamientos y voluntades expresados a través de la conciliación de diferentes posturas tomando como referente el bien común. Al mismo tiempo es el termómetro que permite evaluar la capacidad de quienes están al frente de actuar no solo como autoridad sino como líderes de opinión. En ese sentido hay que tener muy en claro que el consenso solo puede darse entre diversas posturas legales, éticas y morales, no puede buscarse consenso entre posturas que violenten algunas de las normas anteriores pues se estaría no ante un consenso sino ante una claudicación personal y social.

Cordialidad. La cordialidad impone una doble exigencia para cualquier autoridad pues implica no solo lograr los objetivos y metas establecidos sino hacerlo de la mejor manera. La consideración, la atención, la cortesía, la tolerancia y el respeto marcan y determinan una congruencia ética y moral en el actuar definiendo a quien los vive no solo como autoridad sino como persona en toda su extensión. Ahora bien, esta cordialidad no implica solapamiento o complicidad, el querer "llevar la fiesta en paz" nos ha llevado a niveles de corrupción donde se ha privilegiado más el ser una buena persona que una persona honesta y capaz. Cordialidad sí, pero no a costa de la justicia y la legalidad.

Inclusión.  La inclusión, vista como la apertura y la promoción a la participación de todos los integrantes de una comunidad independientemente de sus posturas, se sustenta en las premisas de la equidad y la justicia. Después de todo las divergencias en el pensar enriquecen las argumentaciones y permiten entre todos construir algo más grande al trabajar en conjunto por un proyecto común. La inclusión implica la valoración de posturas razonadas y sustentadas enmarcadas en la legalidad, la justicia y la veracidad, de ahí en fuera no puede haber inclusión que justifique minar la misma sociedad con posturas contrarias a esos principios.

Rendición de cuentas. La rendición de cuentas es el referente por el cual un funcionario es evaluado durante su gestión al comparar los resultados obtenidos contra los resultados esperados. Cualquier autoridad, sea del nivel que sea, debe estar dispuesto a responder de sus actos y cuidar no solo el alcanzar las metas que se han establecido, sino alcanzarlas dentro de un ambiente de respeto, orden y legalidad. La rendición de cuentas es la manera es que se evalúan los dichos, es la manera tangible en que la capacidad de alguien es medida, y es el termómetro final al que confiadamente debe someterse quien de manera correcta hace las cosas.

Transparencia. La transparencia no es un acto de buena voluntad del funcionario sino una obligación mínima que debe mostrar durante su gestión ya que los recursos que administra no le pertenecen y su ejercicio debe soportar la prueba del escrutinio público para asegurar que su aplicación no responde a filias o fobias personales sino a un sentido de responsabilidad institucional. En la actualidad se ha avanzado mucho en este punto, pero hace falta avanzar más. Simulaciones para mantener información oculta de la sociedad a través de reservas o confidencialidades solo son entendibles en las personas o en aquellos que temen que sus fechorías salgan a la luz.

Cuando una sociedad tiene problemas aún hay esperanza, pero cuando son sus docentes quienes optan por el miedo, la mentira, la simulación, la falta de transparencia, la falta de responsabilidad, la falta de rendición de cuentas, entonces la batalla está más que perdida pues en manos de ellos está el futuro, nuestro futuro. Renovemos votos para que nuestra labor frente a quienes formamos nos permita pensar en un mundo mejor, después de todo esa es la labor del docente: educar para trascender.



Roberto Celaya Figueroa, Sc.D.
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viernes, 8 de julio de 2016

Estructura Curricular bajo el Enfoque de Competencias (2 de 2)


Para concluir la metodología propuesta y que iniciamos en el artículo anterior, en este artículo se abordara el papel de la academia en este metodología y se concluirá con la última etapa del proceso.

Organización de trabajo a través de la academia. Para reorientar las actividades en cada asignatura los profesores de la Academia deberán analizar y estructurar la asignatura de tal forma que oriente las estrategias al logro de los objetivos planteados en el perfil de egreso y cumpla con el enfoque de competencias. Por lo que este enfoque también viene a enriquecer la Administración de la Academia.

Administración de la Academia. Es un proceso integral para planear, organizar, dirigir, controlar y coordinar una actividad de trabajo, la que se apoya en la utilización de recursos, para lograr un fin determinado. Es frecuente que las Academias se lleven a cabo por los coordinadores y maestros auxiliares pero en alguna de las ocasiones su planeación queda como un elemento secundario pues en algunos casos se trata únicamente de exponer problemáticas comunes y de presentar alternativas de solución, dejando a un lado la planeación de las actividades a desarrollar y las estrategias para lograr los objetivos o metas de la misma. Una eficiente administración es la forma correcta de hacer las cosas

·  .  Por lo que a continuación se muestra una alternativa más de  Administración de la academia.

La Administración de la academia ayuda a:
·          Lograr los fines determinados por la academia
·          Para elevar la productividad
·          Con una buena técnica administrativa de la academia se promueve y orienta el desarrollo de sus participantes y de sus fines
·          Manejar los recursos personales, materiales, técnicos y Financieros de manera eficiente y efectiva
·          Promover el trabajo de equipo



Para ello es necesario aplicar cada uno de los elementos del proceso administrativo:
–Planeación
–Organización
–Dirección
–Control

Planeación de la academia propuesta. Dentro de la planeación de la Academia se propone considerar:
v  El coordinador y cada uno de los participantes deben tener claro lo que desean lograr en el curso y en cada una de las unidades de competencia, así como las evidencias que se obtendrán para fortalecer la competencia a la que contribuye el programa de curso.

v  Contemplar el tiempo que se le dedica a cada una de sus reuniones y calendarizarlas

v  Conocer los horarios disponibles de los profesores que conforman la academia para lograr la mayor participación en las reuniones

v  Conocer las actividades laborales de los profesores con la finalidad de que ellos proporcionen material para enriquecer las sesiones en el aula (experiencias, casos prácticos, materiales, etc.)

v  Junto con el grupo, elaborar las  guías ( para el alumno y el profesor) y proporcionar las estrategias didácticas que se llevaran a cabo en el transcurso del semestre

Organización de la academia propuesta. La organización de la Academia considera los supuestos:
v  La academia tiene diferentes actividades que desarrollar en el transcurso del semestre por lo que se puede dividir el trabajo con los profesores que la integran tomando en consideración la disponibilidad y los recursos con los que se cuenta.
v  El resto del grupo apoya a los responsables de las actividades que se acordaron llevar a cabo para alcanzar los objetivos planeados.


v  Cada una de las actividades que se realicen deben cumplir con el propósito de la unidad de competencia de tal forma que el logro de ello contribuya a la competencia del programa del curso.

Dirección de la academia propuesta. Dentro de dirección de la academia es necesario considerar:

v  El coordinador debe conocer los horarios, trabajos y días en que los participantes de la academia están disponibles para cumplir con las actividades planeadas

v  Es importante hacer de la comunicación una herramienta de trabajo de Academia, todos tienen que estar de acuerdo y pendientes de cómo se va moviendo el programa del curso e ir identificando las fortalezas y debilidades de lo estipulado en la planeación; las reuniones presenciales son eficaces, sin embargo otros medios como el correo electrónico puede funcionar.

v  El coordinador debe ser asertivo en la dirección de los profesores, ya que la colaboración de ellos es indispensable en el desarrollo de la academia y en el logro de las competencias

Control de la academia propuesto. Por último, el control de la academia recae en los supuestos:

v  Los profesores tienen libre cátedra, sin embargo los resultados deben estar encaminados para el logro de la competencia a la que contribuye el programa

v  Otras academias de la misma línea de estudio deben participar para enriquecer el programa, aportando sus experiencias con relación a los conocimientos, habilidades  y valores que el alumno trae del curso anterior y así fortalecerse en sus debilidades y crecer en sus fortalezas
v  La academia de la materia que sigue elabora un examen para validar lo aprendido con el fin de reforzar, en el proceso de aprendizaje, los puntos débiles

v  Los profesores y el coordinador deben presentar evidencias del trabajo de academia, pudiendo ser el portafolio del profesor o del alumno.

v  En el caso de las actividades a desarrollar durante el curso, éstas también deberán tener evidencia de sus productos con el propósito de darle seguimiento, hacer mejoras o correcciones.

v  Se pueden llevar a cabo exámenes departamentales para ir supervisando el trabajo del profesor  y confirmando el aprendizaje de los alumnos
v  Informar por escrito a las autoridades correspondientes, las actividades que está llevando a cabo la academia
v  Presentar estadísticas de los movimientos realizados por el grupo de alumnos: por ejemplo, porcentaje de bajas, porcentaje de altas, causas de deserción, promedio (calificación) del grupo y la moda del grupo, entre otros elementos que decida la academia.

III.- Programa analítico
El desarrollo de las etapas subsecuentes finalmente conduce de manera práctica y concreta a los programas analíticos.

El Diseño de Formato debe responder finalmente a las necesidades de cada institución, y cuando se menciona ello no se refiere exclusivamente a las necesidades de la academia (maestros) sino también de los alumnos y del sector productivo/social. Es así como el diseño debe buscar, sin ser exhaustivo, incluir los elementos que permitan a los actores mencionados evaluar no solo contenidos sino también procesos y resultados.

Si bien no hay un diseño rígido formalmente establecido, el mismo se sugiere incluya los siguientes elementos:

Normas de competencia. Tal como lo señala el Centro Interamericano de Investigación y Documentación sobre Formación Profesional en su trabajo “¿Qué son las normas de competencia laboral?”, las normas son criterios o pautas concretas de actuación que describen lo que una persona debe ser capaz de hacer, la forma en que puede juzgarse si lo ha hecho bien o no, las condiciones bajo las cuales la persona debe mostrar su actitud y las evidencias necesarias para tener la seguridad de que lo que se realizó de manera consistente fue con base en un conocimiento efectivo y no como producto de la casualidad.

Unidad de competencia. Tal como lo señala el Centro Interamericano de Investigación y Documentación sobre Formación Profesional en su trabajo “¿Qué es una unidad de competencia?”, la unidad de competencia se define como la función de trabajo integrada por una serie de elementos de competencia y criterios de desempeño asociados los cuales forman una actividad que puede ser aprendida, evaluada y certificada. Las unidades de competencia pueden ser clasificadas en básicas, genéricas y específicas. Las básicas se refieren a los mínimos necesarios para la realización de un trabajo. Las genéricas se refieren a funciones o actividades que sean comunes a un número significativo de áreas de competencia, y las específicas se dan cuando la unidad de competencia laboral está asociada a conocimientos, destrezas y habilidades propias de un campo laboral relativamente estrecho.

Elementos de competencia. Tal como lo menciona el Centro Interamericano de Investigación y Documentación sobre Formación Profesional en su trabajo “¿Qué es un elemento de competencia?”, los elementos de competencia son las partes constitutivas de una unidad de competencia que corresponde a la función productiva individualizada, es decir, expresa lo que una persona debe ser capaz de hacer en el trabajo.  Los elementos de competencia generalmente se clasifican en teóricos, prácticos y valorativos que corresponden a los conocimientos, las habilidades y las actitudes y valores.

Por su parte función productiva es el conjunto de actividades laborales que son necesarias para lograr uno o varios objetivos específicos de trabajo con relación al propósito  general de un área de competencia o de una organización productiva. La función productiva puede ser general o específica. Una función productiva general es la que define las actividades laborales de una forma amplia, mientras que una función productiva específica es la que define el trabajo concreto a realizar en la función general

Desempeños. La validación de la consecución de una competencia incluye la valoración del desempeño desarrollado para dominar tal competencia. Este desempeño viene siendo la conjugación de los conocimientos, habilidades, actitudes y valores necesarios para desempeñar un trabajo eficientemente, de lo anterior se desprende que existen evidencias y criterios que permiten valorar ese desempeño.

Por último, se entiende por conocimientos a las referencias conceptuales y de causa y efecto necesarias para llegar a comprender un fenómeno y estar en posibilidad de interactuar con él, las habilidades son las destrezas requeridas para hacer algo, las actitudes se refieren a la disposición del sujeto hacia una acción específica, mientras que los valores son principios abstractos y generalizados del comportamiento que provee normas para juzgar algunas acciones y metas específicas hacia las cuales los miembros de un grupo sienten un fuerte compromiso emocional.

La ultima parte, una vez diseñado el formato correspondiente, es la elaboración de programa analítico de cada asignatura. Esto se hará de una manera participativa donde la evaluación y retroalimentación de la academia le irá dando claridad al trabajo final.

Conclusiones.
Como es de apreciarse con esta propuesta de Reestructuración Curricular, el maestro obtendrá herramientas importantes para su desempeño docente, ya que conocerá la competencia final del bloque al que pertenece la asignatura que el imparte permitiendo esto que su instrucción tenga un horizonte más claro. De igual manera los alumnos aprenderán bajo escenarios que le permitan estar en contacto con la realidad, logrando con esto que ellos puedan desempeñarse contribuyendo directamente al sector empresarial, social y comunitario.



Roberto Celaya Figueroa, Sc.D.
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viernes, 1 de julio de 2016

Estructura Curricular bajo el Enfoque de Competencias (1 de 2)


En anteriores artículos hemos abordado desde diferentes perspectivas y con un sentido práctico, el modelo educativo basado en competencias, esto ha generado una serie de solicitudes para tratar de esbozar una metodología que permita la estructuración curricular con esta premisa. Con esto que compartimos buscamos dar una metodología base para ello.

Introducción.
Sin duda alguna el mundo ha sufrido grandes cambios, cambios que no pueden ser ignorados ya que éstos afectan a  los sectores económicos, sociales, políticos, culturales y educativos, siendo este último fuertemente afectado, motivo por el cual las instituciones educativas deben  estar preparadas para poder hacer frente a estos movimientos. Este avance global indiscutiblemente afecta al sector laboral, ya que éste requiere de individuos más preparados, por lo que se impone una imperiosa necesidad de buscar vías de acercamiento entre el sector educativo y productivo, para que así el profesionista que forme la universidad resuelva problemas de acuerdo a los niveles de competencia que se requieren.

Ante esto las instituciones de Educación Superior (IES) asumen su papel y reafirman su compromiso de responder a estas nuevas necesidades, ya que la Universidad es el agente promotor de cambio que repercuta en beneficio de la sociedad, proporcionándole profesionistas, capaces de dar alternativas de solución al sector empresarial, ello a través de una preparación que lo forme y habilite para  proponer, diseñar  e implantar  acciones que desarrollen a las empresas, propiciando con ello el desarrollo y crecimiento de la región, estado y país.

Considerando que  hoy en día se demanda un nuevo profesionista que responda a nuevas necesidades, es decir un profesionista que  incida en el crecimiento, desarrollo o formación de nuevas empresas, propiciando  con ello el avance de la región y del país, de lo anterior se determina que la instrucción debe ser renovada, por lo que se inicia la  necesidad de buscar y aportar una nueva reorganización académica donde la metodología de enseñanza sea mejorada y exista una mayor vinculación e investigación ( universidad-empresa, y empresa-universidad)

Para responder a esta nueva necesidad  es necesario que los programas y planes de estudios de los programas educativos estén orientados a logro de este nuevo profesionista,  motivo por el cual se requiere tipificar el proceso para que se de la  Reestructuración Curricular, tomando como plataforma educativa el enfoque basado en competencias  que viene a enriquecer y mejorar cada uno de los planes y programas educativos que la institución ofrece  y requiere  la comunidad

Construcción de un modelo educativo basado en competencias. La construcción de competencias no puede realizarse de manera aislada, sino que debe hacerse a partir de una educación flexible y permanente, desde una teoría explícita de la cognición, dentro del marco conceptual de la institución, en un entorno cultural, social, político y económico. Tal como lo señala Yolanda Argudín Vázquez en su trabajo  “Educación Basada en Competencias”, el desempeño debe planificarse de tal manera que admita que el educando tenga un desarrollo apropiado en las distintas situaciones y pueda adaptarse a las cambiantes formas de organización del trabajo.

Tal como lo señalan Blanca Estela Gutiérrez Barba y Luis Mauricio Rodríguez Salazar en su trabajo “Formación Basada en Competencias”, a grandes rasgos e independientemente de las particularidades de cada modelo, la educación basada en competencias exige: primero un marco conceptual; segundo, el establecimiento de estándares; tercero, la evaluación de las habilidades de un conocimiento dado; cuarto, la certificación.

Volviendo con Yolanda Argudín Vázquez, de lo anterior se desglosa que para elegir el núcleo de competencias básicas que se requiere construir es necesario analizar y responder en forma realista las siguientes preguntas:
  1. ¿Cuáles son las competencias básicas, genéricas y específicas necesarias para obtener buenos resultados en la práctica profesional contemporánea? Lo cual se enfoca hacia lo que el profesionista como tal debe saber hacer.
  2. ¿Qué indicadores permiten elegir las competencias que se van a construir?  Lo cual hace referencia a las normatividades, leyes, reglamentos o directrices a considerar para evaluar desempeños y resultados.
  3. ¿Cuáles son los medios más efectivos para construir estas competencias? Lo cual busca establecer las maneras de lograr el desarrollo de las competencias de acuerdo a los indicadores de evaluación elegidos.
  4. ¿Cuáles son los medios más efectivos para comprobar que los alumnos han construido estas competencias? Que se refiere a la etapa de evaluación y se concentra en la validación de los desempeños y los productos.

Cualidades de la educación por competencias profesionales. La características que deben ser cumplimentadas en el desarrollo de un modelo educativo basado en competencias tiene que ver con: (1) posibilidad de asegurar que los conocimientos obtenidos en las aulas serán transferidos a los contextos concretos en los que ocurren las prácticas profesionales, (2) vinculación de lo que se requiere en un ámbito laboral actual, de las necesidades sociales reales y la formación de los estudiantes en las escuelas, (3) promoción de la  combinación de momentos de aprendizaje académico con situaciones de la realidad profesional, (4) la formación de individuos capacitados para una vida profesional de larga duración, que no se limiten a poner en práctica sólo los conocimientos durante la formación, y (5) generación en el alumno de una capacidad para que reflexione y actúe sobre situaciones imprevistas o disfuncionales, las cuales pueden presentarse tanto en ambientes educativos como en ámbitos generales de la vida.

A diferencia de la orientación tradicionalmente academicista que pueden tener muchos programas formativos; los programas de formación basados en competencia, según el Centro Interamericano de Investigación y Documentación sobre Formación Profesional en su trabajo “¿Qué retos plantean las competencias laborales a la formación profesional", deben por lo menos caracterizarse por:  (1) Enfocarse al desempeño laboral y no a los contenidos de los cursos, (2) mejorar la relevancia de lo que se aprende, (3) evitar la fragmentación tradicional de programas academicistas, (4) facilitar la integración de contenidos aplicables al trabajo, (5) generar aprendizajes aplicables a situaciones complejas, (6) favorecer la autonomía de los individuos, y (7) transformar el papel de los docentes hacia una concepción de facilitar y provocar, combinada con la orientación del aprendizaje hacia la solución de problemas más que la repetición de contenidos.

Metodología general
Para  lograr lo anterior se propone que las IES  inicien  un  proceso de Reestructuración Curricular, donde primeramente se realice un acercamiento al sector empresarial con el fin de conocer las necesidades laborales que ello tienen y así realimentar el proceso, una vez analizado este sector, se procederá a realizar una investigación bibliográfica respecto a cómo enseñan los maestros y como aprenden los alumnos, analizando el enfoque basado en competencias, enfoque que muestra como el alumno a través de diferentes saber hacer, desarrolla el saber pensar, saber interpretar y saber actuar en diferentes escenarios, pues la educación basada en competencias  se centra  en las necesidades, estilos de aprendizajes y potencialidades individuales para que el alumno llegue a manejar con destreza las necesidades del sector empresarial.

Una vez identificado el enfoque sobre el cual se reorientarán los planes y programas educativos, ello de acuerdo a las necesidades determinadas por el campo laboral, se inicia la reestructuración curricular del programa educativo y de cada una de las materias que lo conforman.

A partir de este enfoque se inicia la etapa de propuesta para llevar a cabo el modelo de reestructuración curricular de este programa el cual consiste en tres etapas.

I.-Etapa de análisis
            1.1.- Perfil de egreso
            1.2.- Reorganización del mapa curricular a través de Bloques
            1.3.- Reorganización del programa de cada asignatura
II.- Etapa de desarrollo
            2.1.- Formulación de bloques
            2.3.-Elaboración de requisitos de entrada y saberes hacer por bloque.
            2.4.- Organización de trabajo a través de la academia
III.- Programa analítico
            3.1.- Diseño de Formato
3.2.- Elaboración de programa analítico de cada asignatura

I.-Etapa de análisis. De acuerdo a lo anterior programa educativo se reestructura y se organiza, considerando el perfil de egreso y las competencias que deberá lograr al final de su carrera.

Para definir el perfil de egreso del profesionista es necesario reunir a los profesores de tiempo completo y auxiliares para discutir y acordar a partir de las necesidades del entorno.

Una vez que se defina el perfil de egreso del profesionista, los profesores se enfocan a la tarea de reorganizar el programa de la carrera y definir los bloques o conjunto de materias que darán sentido y dirección al logro de los objetivos propuestos para el egresado.

II.-Etapa de desarrollo. Formulación de bloques. Cada uno de estos bloques deberá tener definido los requerimientos de entrada y los saberes hacer específicos que unidos lograran formar integralmente profesionistas capaces de generar valor económico en los negocios, y que a través del análisis, reflexión y síntesis, identifique y resuelva problemas emitiendo un juicio para la toma de decisiones que incidan en el desarrollo de las organizaciones y de la sociedad.

Todas las materias que se incorporen en el bloque deberán compartir características comunes en cuanto a contenido temático y de competencia a desarrollar, y en cuanto a su orden, éste corresponde al grado de dificultad en el manejo y aplicación de modelos y procesos.

Elaboración de requisitos de entrada y saberes hacer por bloque. Los requerimientos de entrada y los saberes hacer cada bloque propuestos pueden incluir algunos o todos de los siguientes elementos:

Requerimientos de Entrada:
•Habilidades

Operaciones aritméticas
Redacción
Ortografía
Comunicación

•Actitudes
Analítico
Proactivo
Propositivo

•Valores:

Respeto
Honestidad
Responsabilidad

Así como "Saberes Hacer Específicos".


Este movimiento en la reorganización del programa y la implementación del enfoque de competencia, llevara a los programas educativos, a cambiar sus esquemas en cada una de las asignaturas.

En el siguiente artículo se abordara el papel de la academia en este metodología y se concluirá con última etapa del proceso.



Roberto Celaya Figueroa, Sc.D.
Formación • I+D+i • Consultoría
Desarrollo Empresarial - Gestión Universitaria - Liderazgo Emprendedor

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