viernes, 20 de mayo de 2016

Educación basada en competencias II: La estructura del proceso


La capacidad de desarrollar en el alumno una serie de competencias laborales que lo lleven a realizar trabajos de gran capacidad, eficiencia y calidad, a través de la combinación de adecuada de conocimientos, habilidades, actitudes y valores depende en gran medida de tener claro el marco conceptual, la estructura del proceso, y el modelo a aplicar. Después de haber abordado en el tema anterior una aproximación conceptual, veamos ahora la estructura del proceso.

Niveles de competencias. El modelo de competencias profesionales integrales establece tres niveles, las competencias básicas, las genéricas y las específicas, cuyo rango de generalidad va de lo amplio a lo particular. Las competencias básicas son las capacidades intelectuales indispensables para el aprendizaje de una profesión; en ellas se encuentran las competencias cognitivas, técnicas y metodológicas, muchas de las cuales son adquiridas en los niveles educativos previos (por ejemplo el uso adecuado de los lenguajes oral, escrito y matemático).

Yolanda Argudín Vázquez menciona en su artículo “Educación Basada en
Competencias", que los modelos más consolidados en Australia, Canadá y los
Estados Unidos han propuesto ocho competencias básicas, con las cuales se pueden agrupar diferentes habilidades: (1) de estimación e injerencia (se relacionan y dependen de los conocimientos de la disciplina.), (2) de comunicación (habilidades verbales, habilidades de lectura, habilidades de expresión escrita, y habilidades de computación), (3) de pensamiento crítico (evaluación, análisis, resolución de problemas, toma de decisiones, consulta), (4) de relación (humanismo y ética, cultura, relaciones interdisciplinares, y relaciones interpersonales), (5) de función (administrar, planificar, trato con el personal y uso de recursos, responsabilidad), (6) de liderazgo (colaborar, creatividad, planear), (7) de investigación y para la docencia, y (8) integrar conocimientos.

Por su parte, según J. Jesús Huerta Amezola, lrma Susana Pérez Garcia y Ana
Rosa Castellanos Castellanos en su artículo “Desarrollo curricular por competencias profesionales integrales", las competencias genéricas son la base común de la profesión o se refieren a las situaciones concretas de la práctica profesional que requieren de respuestas complejas, mientras que las competencias específicas son la base particular del ejercicio profesional y están vinculadas a condiciones específicas de ejecución. Entendidos de esta manera, los modelos educativos basados en competencias profesionales implican la revisión de los procedimientos de diseño de los objetivos educativos, de las concepciones pedagógicas que orientan las prácticas centradas en la enseñanza (y con ello, la propia práctica educativa), así como de los criterios y procedimientos para la evaluación.

Conceptos relativos a la formación de competencias. La definición de competencia implica a su vez el conocer la relación que tiene con otros elementos de este enfoque tales como nomas de competencia, función productiva, unidad de competencia, elementos de competencia, y desempeños.

Normas de competencia. Según el Centro lnteramericano de Investigación y
Documentación sobre Formación Profesional (Cinterfor/OIT), las normas son criterios o pautas concretas de actuación que describen lo que una persona debe ser capaz de hacer, la forma en que puede juzgarse si lo ha hecho bien o no, las condiciones bajo las cuales la persona debe mostrar su actitud y las evidencias necesarias para tener la seguridad de que lo que se realizó de manera consistente fue con base en un conocimiento efectivo y no como producto de la casualidad.

Unidad de competencia. La unidad de competencia se define como la función de trabajo integrada por una serie de elementos de competencia y criterios de desempeño asociados los cuales forman una actividad que puede ser aprendida, evaluada y certificada. Las unidades de competencia pueden ser clasificadas en básicas, genéricas y específicas. Las básicas se refieren a los mínimos necesarios para la realización de un trabajo. Las genéricas se refieren a funciones o actividades que sean comunes a un número significativo de áreas de competencia, y las específicas se dan cuando la unidad de competencia laboral está asociada a conocimientos, destrezas y habilidades propias de un campo laboral relativamente estrecho.

Elementos de competencia. Los elementos de competencia son las partes constitutivas de una unidad de competencia que corresponde a la función productiva individualizada, es decir, expresa lo que una persona debe ser capaz de hacer en el trabajo. Los elementos de competencia generalmente se clasifican en teóricos, prácticos y valorativos que corresponden a los conocimientos, las habilidades y las actitudes y valores. Según el Centro lnteramericano de Investigación y Documentación sobre Formación Profesional, los elementos de competencia se redactan como una oración, siguiendo la regla de iniciar con un verbo en infinitivo preferiblemente; a continuación describir el objeto y; finalmente, aunque no es obligatorio en todos los casos, incluir la condición que debe tener la acción sobre el objeto. El elemento de competencia debe completarse acompañándolo de los criterios de desempeño, las evidencias de desempeño, las evidencias de conocimiento y el rango de aplicación.

Por su parte función productiva es el conjunto de actividades laborales que son necesarias para lograr uno o varios objetivos específicos de trabajo con relación al propósito general de un área de competencia o de una organización productiva. La función productiva puede ser general o específica. Una función productiva general es la que define las actividades laborales de una forma amplia; mientras que una función productiva específica es la que define el trabajo concreto a realizar en la función general.

Desempeños. Para el Centro lnteramericano de Investigación y Documentación sobre Formación Profesional, la validación de la consecución de una competencia incluye la valoración del desempeño desarrollado para dominar tal competencia.
Este desempeño viene siendo la conjugación de los conocimientos, habilidades, actitudes y valores necesarios para desempeñar un trabajo eficientemente, de lo anterior se desprende que existen evidencias y criterios que permiten valorar ese desempeño (mencionados anteriormente).

Por último, tal como lo señala A. W. Astin, en su artículo Assessment for
Excellence: The Philosophy and Practice of Assessment and Evaluation in Higher
Education, se entiende por conocimientos a las referencias conceptuales y de causa y efecto necesarias para llegar a comprender un fenómeno y estar en posibilidad de interactuar con él, las habilidades son las destrezas requeridas para hacer algo, las actitudes se refieren a la disposición del sujeto hacia una acción específica, mientras que los valores son principios abstractos y generalizados del comportamiento que provee normas para juzgar algunas acciones y metas específicas hacia las cuales los miembros de un grupo sienten un fuerte compromiso emocional.

Hay que aclarar que se requiere de varias funciones productivas con sus correspondientes elementos de competencia, para poder conjuntar una unidad de competencia, de la misma forma, varias unidades de competencia serán las que finalmente lleguen a conformar la competencia que el profesionista debe ser capaz de presentar.

Construcción de un modelo educativo basado en competencias. Yolanda Argudín, citada anteriormente, señala que la construcción de competencias no puede realizarse de manera aislada, sino que debe hacerse a partir de una educación flexible y permanente, desde una teoría explícita de la cognición, dentro del marco conceptual de la institución, en un entorno cultural, social, político y económico. El desempeño debe planificarse de tal manera que admita que el educando tenga un desarrollo apropiado en las distintas situaciones y pueda adaptarse a las cambiantes formas de organización del trabajo.

Argudín señala que la educación basada en competencias es un enfoque sistemático del conocer y del desarrollo de habilidades; se determina a partir de funciones y tareas precisas. Se describe como un resultado de lo que el alumno está capacitado a desempeñar o producir al finalizar una etapa. La evaluación determina qué específicamente va a desempeñar o construir el estudiante y se basa en la comprobación de que el alumno es capaz de construirlo o desempeñarlo. La educación basada en competencias se refiere a una experiencia práctica, que necesariamente se enlaza a los conocimientos para lograr un fin. La teoría y la experiencia práctica se vinculan, utilizando la primera para aplicar el conocimiento a la construcción o desempeño de algo. La educación basada en competencias se concentra en los conocimientos, las habilidades, las actitudes inherentes a una competencia (actitudes o comportamientos que respondan a la disciplina y a los valores), y la evaluación de los logros mediante una demostración del desempeño o de la elaboración de un producto. Los nuevos paradigmas mundiales exigen la construcción de competencias como una nueva cultura académica, en la que se promueva un liderazgo congruente con la nueva sociedad: de demanda de información tecnológica y del desarrollo de las habilidades que le correspondan, de conocimientos, de conocer las necesidades de la época, de servir e interactuar; así como de nuevas iniciativas, de una reorganización de los programas existentes y de procesos que ayuden a construir competencias, que no sólo respondan a la institución educativa, sino que al mismo tiempo apoyen el desarrollo de la misma sociedad de la información.

De lo cual se desglosa que para elegir el núcleo de competencias básicas que se requiere construir es necesario analizar y responder en forma realista las siguientes preguntas propuestas por Argudin:

1. ¿Cuáles son las competencias básicas, genéricas y específicas necesarias para obtener buenos resultados en la práctica profesional contemporánea? Lo cual se enfoca hacia lo que el profesionista como tal debe saber hacer.
2. ¿Qué indicadores permiten elegir las competencias que se van a construir’? Lo cual hace referencia a las normatividades, leyes, reglamentos o directrices a considerar para evaluar desempeños y resultados.
3. ¿Cuáles son los medios más efectivos para construir estas competencias? Lo cual busca establecer las maneras de lograr el desarrollo de las competencias de acuerdo a los indicadores de evaluación elegidos.
4. ¿Cuáles son los medios más efectivos para comprobar que los alumnos han construido estas competencias? Que se refiere a la etapa de evaluación y se concentra en la validación de los desempeños y los productos.

La docencia y el modelo de educación basada en competencias. La educación basada en competencias es una nueva orientación educativa que pretende dar respuestas a la sociedad de la información. El concepto de competencia, tal y como se entiende en la educación, resulta de las nuevas teorías de cognición y básicamente significa saberes de ejecución. Puesto que todo proceso de conocer se traduce en un saber, entonces es posible decir que son recíprocos competencia y saber: saber pensar, saber desempeñar, saber interpretar, saber actuar en diferentes escenarios, desde sí y para los demás (dentro de un contexto determinado).

Competencia en la educación, es una convergencia de los comportamientos sociales, afectivos y las habilidades cognoscitivas, psicológicas, sensoriales y motoras que permiten llevar a cabo adecuadamente un papel, un desempeño, una actividad o una tarea.

Es así como las competencias se han convertido en el eje de los nuevos modelos de educación y se centran en el desempeño. Ahora se proponen diferentes esquemas con una diversificación de situaciones de aprendizaje y evaluación que permitan al estudiante adoptar un papel activo de manera que pueda ejercer sus conocimientos, habilidades y conductas en situaciones en las que este conjunto de aprendizajes se combinen de distintas formas. Tal como lo señala, Annando Roca
Serrano en “El Desempeño profesional basado en la atención a las competencias laborales; una vía para el desarrollo profesional y humano de los docentes de la
Educación Técnica y Profesional", asumir un enfoque por competencias en la formación profesional exige, una integración de estos componentes para lograr la necesaria flexibilidad laboral que promueve el desempeño alternativo de varias ocupaciones, como tendencia actual en el mundo del trabajo, con estandartes de calificación en aumento, y el cambio más frecuente de lugar de trabajo y uso acelerado de las tecnologías de la información que exigen una mayor abstracción y manejo de instrumentos, técnicas y maquinarias más complejas, y demanda recursos laborales humanos multihábil, polivalente y con un perfil amplio de competencias para contribuir a un mejor desempeño de sus funciones.

Ser competente o mostrar competencia en algo implica una convergencia de los conocimientos, las habilidades, los valores y no la suma de éstos. La convergencia de estos elementos es lo que da sentido, límites y alcances a la competencia. Una vez abordado una aproximación conceptual y ahora la estructura del proceso, en a siguiente y última entrega veremos el modelo RCP (Relevancia-Pertinencia-
Coherencia) cuyo autor es un servidor y que ha sido reconocido a nivel nacional.


Roberto Celaya Figueroa, Sc.D.
Formación • I+D+i • Consultoría
Desarrollo Empresarial - Gestión Universitaria - Liderazgo Emprendedor

Este artículo puede verse en video en https://youtu.be/GZJOMN8EOtg

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