viernes, 6 de enero de 2017

¿Opiniones sin sustento?


Si de algo se jacta nuestra sociedad es de que hemos dejado atrás las creencias sin sustento para erigirnos como una comunidad de seres pensantes que razonamos y racionalizamos, pero cuando le evidencia apunta abrumadoramente hacia lo contrario no podemos menos que darnos cuenta lo poco que hemos avanzado en ello.

Según la página la--ilustracion.globered.com, “a lo largo del siglo XVI  y siglo XVII Europa se encontraba envuelta en guerras de religión, cuando la situación política se estabilizo tras la paz de Westfalia y a la guerra civil de Inglaterra, existía un ambiente de agitación que tendía a centrar las nociones de fe y misticismo  en las revelaciones divinas captadas de forma individual como la fuente principal de conocimiento y sabiduría. En lugar de esto la era de la razón trato de establecer una filosofía basada en el axioma y el absolutismo con las bases para el conocimiento y la estabilidad”.

Si de algo se jacta el docente universitario es precisamente de esta herencia de razones y evidencias que conforman el bagaje cultural de nuestra sociedad actual, incluso los actuales trabajos académicos de investigación aplican el método científico para allegarse de las evidencias necesarias sobre las cuales sustentar las opiniones. El supuesto aceptado es que el maestro es el pináculo de la inteligencia humana, aquel que puede ir más allá de lo aparente y que de manera ordenada, sin apasionamientos, puede llegar a conclusiones ciertas pues tiene las evidencias sobre las que fundamenta sus razonamientos. Pero, ¿y cuando esto no es así?

En una ocasión me toco escuchar una conversación en una universidad donde había llegado un correo anónimo el cual forzosamente se le quería adjudicar a un maestro así nomás por que sí. Curiosamente previo a esto habían sido públicos un sinfín de documentos que evidenciaban malos manejos por parte de las autoridades. Lo increíble de esto es la facilidad con que los eminentes maestros universitarios estaban dispuestos a creer en la  autoría impuesta del correo en comento mientras que con evidencias más que suficientes sobre las irregularidades aún dudaban de la responsabilidad de las autoridades.

Este ejemplo es una muestra de cómo a veces con toda la evidencia de por medio no estamos dispuestos a creer mientras que con un solo rumor, una sola aseveración, damos por hecho lo que se comenta. Si esto es una actitud no recomendable en las personas, se vuelve casi inaceptable en el caso del docente universitario quien debe ser ejemplo de rectitud no solo ética, docente y profesional, sino sobre todo mental; ejemplo que posteriormente será replicado en las maneras de pensar, razonar y concluir por sus alumnos, los futuros profesionistas y miembros de la sociedad.

El maestro universitario es un ser inquirente por naturaleza, duda de todo, hasta que poco a poco, allegándose de elementos contundentes, pude emitir una opinión solida. Una opinión que no necesariamente es inamovible o infalible, pero que por lo menos honra su inteligencia al llegar a ella a través del razonamiento y del análisis de evidencias. Argumentos y evidencias, argumentos y evidencias, argumentos y evidencias, de otra forma querer concluir solo en base a argumentos es como querer subir una escalera sin flexionar las rodillas.

Desde el siglo XVII, también conocido como la Era de la Razón, han trascurrido algunos años, más sin embargo en muchas cuestiones pareciera que seguimos en la misma tónica de aquel entonces de creer por creer. Pero no estamos condenados a andar a ciegas ya que la luz de la razón y el fundamento de las evidencias darán seguridad a nuestro andar hacia el conocimiento y la conciencia.



Roberto Celaya Figueroa, Sc.D.
Formación • I+D+i • Consultoría
Desarrollo Empresarial - Gestión Universitaria - Liderazgo Emprendedor

Este artículo puede verse en video en https://youtu.be/x4tmM1Wu3Fc

También puede descargarse gratis el poemario del mismo autor "Perfectos son tus caminos” -50 poemas en la línea del pensamiento cristiano-, desde www.rocefi.com.mx  (Menú “Libros” Sección “e-book gratis”)


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