viernes, 19 de mayo de 2017

Competir para no llegar –la cuestión de las profesiones saturadas-


La educación superior tiene como uno de sus principales objetivos, como su misma denominación lo indica, el formar profesionistas con los conocimientos, las habilidades, las actitudes y los valores para desempeñarse con éxito en el mundo actual, pero esto implica que hay precisamente un mundo actual donde desempeñarse, es decir, un mercado capaz de dar cabida a estos egresados, pero ¿qué pasa cuando no es así?

La escena es conocida por muchos: los padres orgullosos en la graduación de sus hijos se toman fotos, acuden a ceremonias y festejan pues no es menos encomiable el haber alcanzado esa meta: implico años de tiempo, dinero y esfuerzo. Pero el final feliz de esa historia no termina con los festejos propios de la obtención del título, el verdadero culmen de la misma es cuando este profesionista logra colocarse en un trabajo bien pagado y acorde a su perfil profesional.

Pero, ¿qué sucede cuando hay una saturación de egresados que impide al mercado laboral acogerlos? Hay estudios que muestran cómo es que carreras tales como Derecho,  Administración o  Contador Público muestran una sobresaturación de egresados (algunos de estos estudios apuntan a que estas tres carreras representan el 30% del total de los estudiantes de licenciatura a nivel nacional), ¿cuál es el resultado de esto? Tomando datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) y de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STyPS), sólo el 57.4% de los profesionistas del área Económico-Administrativa tienen un empleo relacionado con lo que estudiaron.

Si vamos a un nivel más general, la Secretaría de Educación Pública (SEP) identificó 16 carreras críticas con exceso de oferta de egresados, lo que hace que se produzcan empleos con salarios más bajos y sea más difícil obtener un puesto en esas áreas, estas carreras son las de Contaduría, Administración, Derecho, Ingeniería Eléctrica, Ingeniería en Computación e Informática, Arquitectura y Urbanismo, Comunicación y Ciencias Políticas, entre otras, las carreras saturadas en las que se registran más de 135 mil egresados por cada puesto de trabajo.

Hay quienes ante este escenario señalan que solo deberían ofertarse aquellas carreras que realmente tuvieran posibilidad de colocación laboral e ir cerrando las que no, pero eso pone a la educación al servicio del mercado y no de las personas, por otro lado las personas tienen la libertad inherente como seres humanos de estudiar lo que deseen, sea esto demandado laboralmente o no, luego entonces ¿cómo conciliar la libertad inherente a cada persona a estudiar lo que desee con las expectativas personal, profesional y social de colocación laboral?

Una manera de establecer un punto de acuerdo en el conflicto anterior es el referido a la información que presenten las universidades. Si uno entra a cualquier página universitaria y ve cualquier oferta educativa se dará cuenta cómo es que la información está incompleta ya que sesgadamente cuando mucho presenta los lugares donde el egresado puede desempeñarse como una posibilidad, pero eso es casi casi como decir que si uno compra un cachito de lotería tiene la posibilidad de volverse millonario: no miente, pero tampoco dice la verdad completa. La solución es información.

Es casi inconcebible que una lata de verduras contenga en muchas ocasiones más información que una oferta educativa, ¿qué le faltaría a todas las ofertas educativas de las universidades mostrar como información adicional? Algo que yo llamo el índice de empleabilidad. Este índice no es otra cosa que la información oficial y formal que muchas veces anda dispersa por la red respecto de la carrera en cuanto a las posibilidades laborales, desde los nivele de demanda hasta los sueldos esperados. Así con esta información la decisión de quien opte por una u otra oferta educativa estaría basada en información completa y, ahora sí que como decimos, “bajo su propio riesgo”.


La educación superior maneja en su discurso el compromiso con la sociedad que tiene, pues bien, una manera de responder a ese compromiso es presentar la información requerida para que quienes opten por una u otra oferta educativa lo hagan con conocimiento de causa atendiendo a la libertad que cada quien tiene de estudiar lo que desee pero informando de las condiciones laborales para la profesión elegida.


Roberto Celaya Figueroa, Sc.D.
Formación • I+D+i • Consultoría
Desarrollo Empresarial - Gestión Universitaria - Liderazgo Emprendedor

Este artículo puede verse en video en https://youtu.be/iQ8g3WlOKl0

También puede descargarse gratis el poemario del mismo autor "Perfectos son tus caminos” -50 poemas en la línea del pensamiento cristiano-, desde www.rocefi.com.mx  (Menú “Libros” Sección “e-book gratis”)

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