viernes, 14 de septiembre de 2018

Triple hélice al cubo: propuesta de modelo para dinamizar las actividades de vinculación universitarias (2 de 3)




La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (2010) se refiere a esta dinámica de participación como un Sistema Nacional de Innovación señalando que ese “Sistema Nacional de Innovación incluye la tríada formada por gobierno, universidades y empresas. La realidad de un sistema de innovación es mucho más compleja que esta representación triangular y los canales de interrelación entre los diferentes agentes tienen también un rol protagónico”. En este Sistema la red de actores gubernamentales posee  el papel relacionado con el financiamiento y el establecimiento de las reglas del juego, en la que los actores de mercado (empresas e industrias) se comprometen con el financiamiento, la investigación y la innovación, y las instituciones de educación superior y los centros de investigación se enfocan hacia la formación de Talento Humano, la generación del conocimiento y la difusión de dicho conocimiento.

Dado que, como señala Universia (2014) “El modelo de triple hélice toma como referencia la espiral de la innovación (frente al modelo lineal tradicional) que establece relaciones recíprocas entre la universidad, la empresa y el gobierno... …que antes trabajaban de manera independiente, tienden a trabajar en conjunto”, la aplicación de este modelo se ha llevado a nivel medio superior y superior a través de la vinculación.  En cuanto al nivel medio superior, según la Secretaría de Educación Pública de México (2011), la vinculación con los sectores productivos permite entre otras cosas “realización de las prácticas profesionales en el ámbito formal del trabajo, revisión y actualización de los programas educativos: “pertinencia de la oferta educativa, y fortalecimiento de la competitividad del aparato productivo, formando recursos humanos de excelencia”, lo cual deviene en una “inserción laboral, empleabilidad de los egresados y abatimiento del desempleo juvenil”.

A pesar de estas intenciones, tal como señaló el Dr. Rodolfo Tuirán (2013), Sub-Secretario de Educación Media Superior en el Encuentro con Expertos: Vinculación Efectiva de la Educación Media Superior y el Empleo, “6 de cada 10 jóvenes se insertan en actividades que no guardan correspondencia con su formación, e incluso la inserción llega a ser tan precaria que realizan funciones que no requieren estudios de bachillerato”.  De la misma forma Universia (2012) señala, remitiéndose a un estudio de la secretaría de Educación Pública de México, que “apenas 14 de cada 100 empresas en México tiene algún tipo de vinculación directa con instituciones de educación superior, contra 45 y 50 por ciento, respectivamente, en Brasil y Estados Unidos”, esto como referente del problema para detonar la innovación en los sectores productivo y social.

Un estudio realizado por Enrique Cabrero, Sergio Cárdenas, David Arellano y Edgar Ramirez (2011) explica los principales factores que inhiben las actividades de colaboración entre la universidad y la industria en México asignando un 50.18% al desinterés de las empresas seguido por un 35.29% relacionado con el calendario escolar y tres factores que juntos dan el 86.9% y que se refieren a desconocimiento de ofertas sean de investigación, consultoría o servicios tecnológicos (los porcentajes están referenciados al universo de universidades que dicen presentan esa situación, la suma no da 100% por ello).

 El mismo trabajo, en cuanto a proyectos de investigación, señala como principales factores que inhiben la vinculación de los actores en esta modalidad al desconocimiento de proyectos que pueden realizarse (35.28%), seguido de falta de recursos (24.70%), desinterés por parte de las empresas (24.36%) y falta de investigadores en las instituciones de educación superior (21.64%), entre otros. Ambas conclusiones son coincidentes con el diagnostico sobre los factores que obstaculizan la vinculación a nivel medio superior según la Secretaría de Educación Pública de México (2011).

Patricia Acuña (1993) citando a Machado y Kessman (1991), Rojas (1991) y Waissbluth (1991) señala que la vinculación se da de varias formas: “transferencia de tecnología; cursos; servicios; asesorías; convenios de colaboración mutua; financiamiento de investigaciones y desarrollo tecnológicos; intercambio de personal; orientación de carreras profesionales; generación de posgrados, adaptados a las necesidades empresariales; participación conjunta en seminarios, congresos y demás eventos institucionales; programas de educación continua; programas de fortalecimiento académico; incentivos a la investigación; consultorías; asociación en nuevas empresas; centros coadministrados entre la universidad y la industria; incubadoras de empresas; sistemas de educación que facilitan la estancia de estudiantes en la industria; programas de investigación cooperativos; parques tecnológicos; financiamiento corporativo con base en premios, becas y cátedras para profesores; programas cooperativos de educación; acceso corporativo a la infraestructura universitaria; participación mutua en cuerpos directivos; centros de investigación cooperativos y tecnológicos entre otras”.

En su artículo relaciones Universidad  Empresa Estado  (Almadio, 2008), citando a Dieter afirma dentro de este contexto, que “para lograr el estatus de una sociedad de conocimientos, no basta comprar y consumir conocimientos, también es preciso producirlos. La innovación, producción y aplicación de nuevos conocimientos y el uso y la difusión de información son decisivos para el éxito o el fracaso para proseguir en una economía globalizada”.

En una indicación posterior, citando a (Etzkowitz y Leydersdorff, 1997) comenta que “para dar cuenta de las transformaciones institucionales  mayores que se vinculan a la emergencia de la economía globalizada y basada en el conocimiento, se ha propuesto la noción diferente de la relación Universidad Empresa Estado; con tres aristas (la triple hélice)”. 

En ese sentido, la interpretación evolutiva del modelo de triple hélice supone que, para los ámbitos locales y regionales  determinados (Caso de Colombia), las universidades, el gobierno y las empresas están aprendiendo a fomentar el crecimiento económico a través de la transferencia de conocimiento y tecnología mediante el desarrollo  eficiente de adecuadas relaciones orientadas a obtener conocimientos que pueden llamarse “reciclados” que hacen interactivo el proceso.

La forma idónea de reciclar conocimientos  en este contexto es a través de proceso estructurados de formación continua que propicien mejoramiento y crecimientos (personal y laboral), en este aspecto la Empresa y el Estado definen y sustentan sus a necesidades y coordinan  con la universidad su desarrollo sustentados en la necesidades del mercado y el crecimiento económico local, regional o nacional.

En consecuencia, la  necesidad de participar activamente en procesos de innovación tecnológica  que beneficien  los tres componentes a los cuales se hace referencia y mejorar el beneficio social (dentro de la óptica de la RSE) a partir de los resultados de los procesos  de investigación y desarrollo (I+D), ha permitido a las universidades que lo han intentado, establecer   estrategias de gestión para incrementar  mejorar y mantener su relación de mutuo beneficio con el estado y las empresas (sector productivo y de servicios).

Como ejemplo puede mencionase el caso de la Universidad  Nacional de Colombia que  obtuvo tres distinciones que reconocen la calidad y el compromiso de la institución con el avance de la ciencia y el desarrollo de la tecnología en el país, la Asociación Colombiana para el Avance de la Ciencia, ACAC, entregó tres Premios Nacionales al Mérito Científico 2007 en las categorías Vida y Obra, Grupos de Investigación de Excelencia y Divulgación de la Ciencia.

El modelo Triple Hélice al Cubo incluido en esta  propuesta, implica incorporar otras sub-variables que tienen que ver con las variables tradicionales de universidad-empresa-gobierno.

En el caso de la universidad, tradicionalmente la participación en proyectos de vinculación (llámense de aplicación o generación del conocimiento) está dada de manera natural para los académicos, seguido de ello se incorporan en muchos de estos proyectos al alumnado como parte de su formación, hay una faceta de la universidad no explotada que contiene formación y experiencia y que puede dinamizar esta variable, esta sub-variable es el componente administrativo.

La incorporación del componente administrativo en los proyectos de vinculación implica, no el soporte de la gestión administrativa, sino la incorporación de actores de igual a igual que enriquezcan el proyecto con su formación y su experiencia. Sabedores que estos actores tienen definida sus actividades en las universidades habrá que crear los momentos, espacios y circunstancias para que, sin descuidar sus obligaciones primarias, puedan colaborar en estos proyectos. Algunas experiencias que se han tenido es que colaboran como asesores, de una manera estratégica, con un tiempo mucho limitado y  enriqueciendo el proyecto y su propio quehacer universitario.

En el caso de la empresa, entendiendo en el sentido más amplio está acepción (industria, comercio, asociación civil, agrupación social, entre otros), generalmente la manera en que se abordan en los procesos de vinculación es a través  de la departamentalización de las entidades (departamento de ventas, de compras, de producción, de eventos, de gestión, por mencionar algunos.), siendo la propuesta del modelo Triple Hélice al Cubo el ver a la empresa, sea la que fuere, más bien como procesos siendo tres los propuestos: insumos, procedimientos y resultados. Cada proceso tiene personal, departamentos, objetivos, estándares y demás que colaboran para el logro del objetivo final,  verlos como procesos permite darle a las actividades de la organización  sentido de transversalidad y complementariedad, de ahí que se requiera el incorporar en los proyectos de vinculación a la empresa con estos tres procesos claramente establecidos en cuanto a los qué, cómo, dónde, por qué, para qué, cuándo y quién.

Por último, la parte relativa al gobierno parte del supuesto que todo proyecto de vinculación implica una relevancia para los tres niveles de gobierno, ya que de una forma u otra incide en sus objetivos, que hace necesario que se incorporen estos. Luego entonces el modelo Triple Hélice al Cubo señala que en todos los proyectos deben incorporarse gobierno a nivel local, estatal y federal. La manera en que participarán puede ser diversa, desde la básica que implica el financiamiento del proyecto, pasando para la de gestión, apoyo, guía, encauzamiento, por citar algunos.

El beneficio que se ha notado de esta incorporación tiene que ver con la facilidad para resolver los problemas que la misma naturaleza de los proyectos pueda tener ya que en ocasiones dichos proyectos tiene que ver con alguna de las instancias de los diferentes niveles de gobierno, lo cual es fácilmente abordable cuando los tres están integrados (o al menos considerados) en los proyectos. La gráfica No. 1  presenta un esquema  aproximado de la composición de la Triple Hélice al Cubo.

Gráfica No. 1. Esquema del Modelo de la Triple Hélice al Cubo





Artículo "Triple hélice al cubo: propuesta de modelo para dinamizar las actividades de vinculación universitaria", publicado originalmente en co-autoria el Mtro. Fernando Rojas Rodríguez, de Bogotá, Colombia en la revista arbitrada e indexada REDPOL de la Universidad Autónoma Metropolitana en su edición número 9, descargar artículo completo desde http://bit.ly/1qj1jXp


Roberto Celaya Figueroa, Sc.D.
Formación • I+D+i • Consultoría
Desarrollo Empresarial - Gestión Universitaria - Liderazgo Emprendedor

Este artículo puede verse en video en https://youtu.be/xTdegeIHBO0



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