viernes, 1 de marzo de 2019

Valor de la competencia a desarrollar: El siguiente paso en el enfoque por competencias




El enfoque de competencias es un intento de nuestras instituciones de educación superior por responder con relevancia, pertinencia y coherencia a las necesidades de las comunidades en las que están insertas, éste enfoque, como todo, es perfectible, siendo el siguiente paso natural el que de manera clara se establezca no solo la competencia que se va a desarrollar sino en valor de la misma en cuanto al referente personal que es el profesionista y en cuanto al referente social que es la comunidad.

La incursión del enfoque de competencias en la educación superior vino a abrir las ventanas de los procesos formativos para permitir que entrara el aire de la relevancia, de la pertinencia y de la coherencia. En algunos casos lo logró, en otros aún está batallando con las reminiscencias de procesos anquilosados donde sus más férreos defensores impiden el avance en este sentido.

Independientemente de esto el desarrollo formativo no puede detenerse y, después de ya varios años de tener el enfoque de competencias aplicándose, podemos identificar áreas de oportunidad queriendo referirme, en este caso, a lo que considero es el siguiente paso evolutivo en el mismo y que es la utilidad de la competencia a desarrollar.

Si tomamos como referente el fin del enfoque de competencias, es decir, el desarrollar desempeños profesionales que sean susceptibles de medirse y valorarse (desarrollar una competencia) podemos ver que en ese marco de referencia cabe todo, no necesaria ni únicamente lo que sea de valor.

Por ejemplo, en una ocasión me tocó ver (y criticar) una materia de contabilidad básica donde a estas alturas del partido, como coloquialmente se dice, se les enseñaba a cargar y abonar como hace 30 años se hacía con los libros diario y mayor. Al final de la materia, en efecto, el alumno desarrollaba esa competencia a la perfección, solo que esa competencia era ya inaplicable en el mundo actual dada los sistemas de información existente.

Me ha tocado participar en varios procesos para formar y conformar materias y en todos los programas de curso que se crean viene la competencia a desarrollar (amén de que también otros conceptos requeridos por este enfoque), pero lo que nunca me ha tocado ver es la expresión clara, objetiva y concreta del valor que tendrá en el mundo real, personal y profesional, esa competencia a desarrollar, en otras palabras, la respuesta a ¿para qué va servir realmente esto?

El enfoque de competencias toma, o al menos debería tomar, de referente al mundo real, de ahí en su momento cuando he esbozado mi propuesta de construcción de procesos formativos por competencias basados en mi modelo de relevancia-coherencia-pertinencia, en ese sentido lo que se busca lograr debe tener un valor de aplicabilidad claro en ese mundo real, de otra forma es una pérdida de tiempo que se paga, sí, con los recursos de toda la sociedad, pero con algo más valioso e incuantificable: el tiempo de vida del futuro profesionista.

El siguiente paso en el proceso de mejora continua del proceso formativo basado en competencias es la explicitación en los programas de curso del valor de cada competencia a desarrollar donde de una manera clara, objetiva y concreta se establezca para qué va a servir dicha competencia tanto para el desempeño del futuro profesionista como para la sociedad en la que finalmente se insertará.


Roberto Celaya Figueroa, Sc.D.
Formación • I+D+i • Consultoría
Desarrollo Empresarial - Gestión Universitaria - Liderazgo Emprendedor

Este artículo puede verse en video en https://youtu.be/UXQyxm2n68M


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